Quiero pensar que un día volverán al corazón de Europa. En cierto modo no pueden irse de un continente al que han dado forma durante siglos, de Wellington a Churchill, de Thackeray a Orwell, de los Beatles a las Spice Girls.
El Reino Unido vive una fractura real que empezó a incubarse mucho antes del Brexit y que seguirá con nosotros algunas décadas más. Pero ni la demagogia ni los titulares histéricos ni los delirios de grandeza de su clase dirigente deberían hacernos olvidar que el Reino Unido sigue siendo un país razonable, diverso y acogedor.
Llegué a Londres en junio de 2007 como corresponsal de El Mundo en el Reino Unido.
Leer más: Por qué el Brexit no será el final de la pérfida Albión