Bernie Madoff sabía que estaba enfermo y quería morirse fuera de la cárcel, pero el juez le dijo abiertamente el año pasado que iba a estar en prisión hasta el último día de su vida. Ningún juez quiere ser el que pone en libertad al hombre más odiado de EEUU, al estafador millonario que tenía que ir al juzgado con un chaleco antibalas por si una de sus víctimas se tomaba la justicia por su mano. Madoff ha muerto en prisión un par de semanas antes de llegar a los 83, cuando aún le quedaban casi 140 años de una condena de 150.