Julia Anyango, de 31 años, perdió su trabajo de empleada del hogar cuando la familia extranjera para la que trabajaba dejó Kenia y volvió a su país de origen en diciembre del año pasado. Abrumada por el repentino despido y sin ahorros, su vida tocó fondo. Pero al ser madre soltera de tres hijos en Kawangware, una zona residencial humilde de Nairobi, no tuvo tiempo para lamentarse.
Inmediatamente buscó otro empleo y consiguió un puesto de limpiadora en un restaurante chino en el centro comercial Yaya Center.