Mirta Beltrami, uruguaya de 79 años, llegó a Montevideo desde Madrid junto a su hija Silvia el pasado 6 de marzo, cuando el coronavirus aún no había sido declarado pandemia y nadie esperaba que pusiera en jaque al mundo. Mirta necesitaba hacer trámites presenciales en Uruguay para poder vender su casa y tres semanas después regresaría a España para instalarse en Reus con su hija, quien vive ahí desde hace 16 años.
Su vuelta estaba prevista para el 29 de marzo, pero fue cancelada a consecuencia del avance del coronavirus y, como tantas otras personas afectadas, quedó varada en Uruguay. Mirta, sin embargo, ya no podrá instalarse en España.
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