La reelección de Luis Almagro como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) supone un respaldo a las políticas impulsadas por EE.UU. contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y reduce las opciones para el diálogo en una región cada vez más polarizada.
El día después de la elección de Almagro como secretario general hasta 2025 deja un panorama claro: menos diálogo, más retórica y la OEA como una "caja de resonancia" de las políticas internas de cada país y en la que Washington espera seguir "dirigiendo la orquesta", valoraron en declaraciones a Efe varias fuentes diplomáticas.
Almagro llegó a la OEA en 2015 aupado por la izquierda uruguaya del expresidente José Mujica (2010-2015) y con el aplastante apoyo de 33 de los 34 países del organismo.
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