La matanza de ocho menores de edad en un bombardeo contra disidentes de las FARC que este miércoles obligó a renunciar al ministro de Defensa de Colombia, Guillermo Botero, es el mayor escándalo del conflicto armado desde que se destapó el caso de los "falsos positivos" y pone fin a una controvertida gestión.
Botero no resistió a la presión de la opinión pública que desde la noche del martes manifestó su perplejidad por las graves denuncias del senador Roy Barreras sobre el ocultamiento de la muerte de los menores ocurrida hace dos meses en el departamento del Caquetá.
FANTASMA DE LOS FALSOS POSITIVOS
La eficacia de las operaciones militares en Colombia comenzó a ser cuestionada a finales de 2008 cuando se destapó el escándalo de los "falsos positivos", eufemismo usado para referirse a las ejecuciones de civiles por parte de militares para presentar resultados a sus superiores.
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