Una tarde calurosa de finales de junio, los candidatos para representar a Oxford en la Cámara de los Comunes contestan una vez más a las preguntas de sus votantes. Conversan un rato entre limonada, agua y galletas envasadas con unas pocas docenas de personas y luego responden a sus dudas y quejas en el escenario de un auditorio llamado Nelson Mandela de la Universidad de Oxford. Es lo que en el Reino Unido se llama hustings, una palabra que viene del inglés antiguo para referirse al encuentro político con seguidores.