“El oscuro ciclo de Consuelo Porras debe terminar ya”. Con estas palabras, Bernardo Arévalo de León, presidente de Guatemala, abría la puerta hace una semana a la posibilidad de destituir a la fiscal general. Era algo que buena parte de la población le había demandado desde que asumió el cargo y a lo que él mismo se había comprometido cuando ganó las elecciones en 2023.
En un mensaje transmitido el pasado 5 de mayo, el mandatario buscó disipar los señalamientos de tibieza contra su Gobierno por no actuar con más contundencia contra Consuelo Porras, que ha liderado investigaciones penales contra exfiscales anticorrupción, jueces y periodistas, y a la que se le atribuyen los intentos por evitar la investidura de Arévalo en enero pasado.