El patrón rítmico flamenco se enriquece con el toque del cajón, un instrumento sencillo y efectivo que combina los graves y agudos del zapateado. Se trata de una percusión portátil que apareció por vez primera en el disco Sólo quiero caminar, el trabajo más revolucionario de Paco de Lucía que, por si fuera poco, además de cajón también incluía bajo eléctrico. En ese disco, publicado a principios de los 80, Paco de Lucía cristalizó y dio forma a su Sexteto; un sonido que iba a definir el flamenco como una música mestiza donde todo cabe, siempre y cuando todo lo cabido entre a compás, no sé si me explico.