Desde entonces, no ha parado quieta. En 1992 llegaría el primero de sus discos en solitario, Above, below and beyond, la carta de presentación que la llevaría a tocar junto al legendario Jeff Beck, su guitarrista favorito, en dos de sus álbumes y en sus correspondientes giras. Entre otros proyectos, Batten ha publicado otros dos discos propios o trabajado con el Cirque du Soleil. Replicar su técnica despierta un interés que la ha llevado por todo el mundo, dando clases y talleres. Ahora, con nuevas ideas para seguir adelante en plena pandemia, Jennifer Batten contesta a elDiario.es por mail cómo ha conseguido destacar como instrumentista, la inevitable pregunta sobre Michael Jackson y a qué se refiere cuando habla de female revolution.
¿Cómo definiría su estilo?
Creo que mi estilo es una combinación de todo lo que he estudiado. Cuando me tomé en serio la guitarra, comencé a estudiar jazz y a aprender solos de Charlie Parker. Por eso, aunque terminé más bien en el rock, reconozco que ciertas ideas arpegiadas de bebop han permanecido en mi interpretación. Así que para definir mi estilo con palabras, que siempre son un poco traicioneras, diría que es 'jazz rock con ciertas interválicas añadidas'.
¿Cómo ha logrado convertirse en una guitarrista tan reconocida?
Eso se debe al tiempo que he pasado con la guitarra y al que he invertido escuchando a los demás. Creo que tiene que haber una dedicación al oficio que supere las 10.000 horas para ir más allá de la emoción de conseguir unas pocas victorias.
El hecho de ser mujer, ¿ha sido alguna vez un obstáculo en su carrera?
Como la mayoría de las mujeres, he afrontado muchos prejuicios al reclamar nuestros derechos en un mundo que antes era solo de hombres y en el que no éramos bienvenidas. Pero tuve la suerte de entrar en escena en un momento en el que artistas como Michael Jackson y Jeff Beck estaban abiertos a la idea de contar con una mujer en la banda. Eso marcó claramente la diferencia. Obtener el respaldo de iconos tan influyentes hace que los artistas menos importantes se sientan seguros al hacer lo mismo.
Dice que el mundo de la guitarra está viviendo una “female revolution”, ¿cómo ha cambiado la situación desde los años 80?
A finales de esa década, pensaba que la revolución de las mujeres estaba pasando. Pero, en realidad, salvo por el hecho de que algunas de nosotras tocábamos en grandes escenarios, esa revolución estuvo estancada durante un par de décadas.
Creo que el hecho de que Internet se pusiera al día, y hoy puedan verse vídeos de otras guitarristas en YouTube, ha servido para inspirar a toda una generación de mujeres a tomarse en serio como guitarristas. Es ahora cuando estamos viviendo la revolución que pensé que llegaría hace mucho tiempo. Hoy, hay guitarristas increíbles como Lari Basilio y Nili Brosh que realmente lo están petando y a mí me inspiran a ir más allá; también a miles de personas. Estas intérpretes han demostrado que las mujeres guitarristas están al mismo nivel que los hombres.
¿Qué otras mujeres le inspiran?
Ariana Powell y Kaki King han hecho algunas cosas interesantes. También sigo encontrándome con guitarristas extremadamente talentosas en TikTok, pero lamentablemente no recuerdo sus nombres.
¿Es más difícil para las guitarristas que no cantan?
Definitivamente es más difícil para guitarristas que no cantan, ya sean hombres o mujeres. La gente que escucha música instrumental es una audiencia mucho más pequeña. De todos modos, en este momento, obtener reconocimiento es más complicado porque el poder de las compañías discográficas es mínimo. El marketing depende ahora de cada artista y de la cantidad de contenido que suba a YouTube y a las redes sociales. Si realmente quieres que se te conozca, promocionarte es un trabajo a jornada completa y que reduce el tiempo que puedes dedicar a mejorar con tu instrumento.
¿Cómo te sientes cuando alguien resume tu carrera diciendo simplemente "fue la guitarrista de Michael Jackson"?
Me siento afortunada por haber sido la guitarrista de Michael Jackson durante diez años, nunca habrá otro espectáculo con un alcance tan masivo. Así que es de esperar que eso sea lo primero con lo que la gente me asocie durante el resto de mi vida. No me supone ningún problema. Quienes conocen más el mundo de la guitarra saben que también toqué con Jeff Beck y que grabé mis propios álbumes.
Mucha gente le considera una pionera que demostró que las mujeres podían tocar con tanta técnica e inspiración como los hombres. ¿Cómo le hace sentir?
Sinceramente, no lo pienso mucho. Solo lo hago cuando recibo un correo electrónico de alguien que me dice que comenzó a tocar, o que se inspiró, gracias a mi trabajo. Cuando en 2016 obtuve un Icon en los premios anuales She Rocks, recuerdo que me lo entregó [la guitarrista] Malina Moye, que pronunció un discurso sobre cómo la había influenciado. Hasta que no la escuché, nunca me paré a pensar que pudiera haber conexión alguna.
¿Qué significa la guitarra para ti?
La guitarra es mi psiquiatra. A medida que envejezco, aprecio más y más el poder que tiene la música para sanar el alma. Si voy a mi estudio un poco enfadada o deprimida, lo más probable es que, después de tocar una hora, la química de mi cerebro haya cambiado y me encuentre mucho mejor. Es la mejor droga que se me ocurre.
¿En qué trabaja ahora?
Desde el confinamiento, he tenido muchas sesiones de grabación, pero principalmente estoy centrada en el nuevo proyecto que lancé en agosto: GuitarCloudSymposium.com. Es un espacio de aprendizaje que celebramos una vez al mes y al que puede unirse cualquier guitarrista de cualquier país del planeta. El primer taller lo di junto a los guitarristas Gretchen Menn, Nili Brosh y Vicki Genfan. Todo es en vivo e interactivo. En octubre se ha incorporado Danielle Gottardo, que es una de las nuevas guitarristas favoritas de Steve Vai, quien también ha participado en el proyecto vía Zoom, al igual que Scott Henderson y Andy Timmons.
También hacemos sesiones temáticas. El 16 de enero, dedicaremos una a los héroes de la guitarra como Jeff Beck, Van Halen, Joni Mitchell y sus afinaciones abiertas o Jimmy Page. Estoy preparada para quedarme en casa mucho más tiempo, aunque tengo giras pendientes que se pospusieron por la pandemia. Así que básicamente Guitar Cloud Symposium es mi vida y mi futuro.
Como profesora, ¿diría que hay más mujeres guitarristas que antes?
Sí. Durante 30 años he impartido talleres en los que el 99% de la audiencia estaba integrada por hombres. Ahora veo más mujeres, pero no las suficientes como para equilibrar el porcentaje.
¿Cree que la guitarra tiene género?
Definitivamente, la guitarra no tiene género. En el mundo actual, a los hombres se les da permiso para profundizar en sus emociones y, de la misma forma, ahora es más aceptable que las mujeres conecten con su lado agresivo. Solo hay que ver a Nita Strauss tocando con Alice Cooper. No hay nada delicado en eso. Si hablas con ella, verás a una mujer amable y tranquila, pero, una vez que sube al escenario, no para en ningún momento. Creo que lo más saludable para nosotros como raza humana es poder aprovechar todos las caras de todas las emociones.