Es uno de los cuatro trabajos premiados este año, que han sido escogidos entre los 24 ganadores regionales, que a su vez surgieron de las más de 60.000 fotografías presentadas por 3.752 fotógrafos de 127 países. Una edición donde también ha habido reconocimiento para dos fotógrafos españoles que han sido elegidos como ganadores regionales de Europa. El joven fotógrafo documental César Dezfuli (Madrid, 1991) ha ganado un World Press Photo 2023 en la categoría de Formato Abierto de la región de Europa con Passengers, un proyecto iniciado en 2016 y aún en curso sobre la compleja realidad de la migración en el Mediterráneo central, y el fotoperiodista Emilio Morenatti (Zaragoza, 1969) ha recibido una mención de honor por War Wounds, un reportaje muy personal sobre civiles heridos de guerra en Ucrania.

Mariupol Maternity Hospital Airstrike (Ataque aéreo al hospital de maternidad de Mariupol), de Evgeniy Maloletka, Associated Press

Iryna Kalinina (32), una mujer embarazada herida, es trasladada desde un hospital de maternidad que fue dañado durante un ataque aéreo ruso en Mariúpol, Ucrania, el 9 de marzo de 2022. Su bebé, llamado Miron (por la palabra "paz"), nació muerto. Media hora después Iryna también murió. Un informe de la OSCE concluyó que el hospital fue atacado deliberadamente por Rusia, provocando tres muertos y unos 17 heridos.

Cuando las fuerzas rusas invadieron Ucrania el 24 de febrero de 2022, inmediatamente atacaron el puerto de importancia estratégica de Mariúpol en el Mar de Azov. El 20 de mayo, Rusia obtuvo el control total de la ciudad, que había sido devastada por los bombardeos, y decenas de miles de civiles habían huido o habían muerto. Maloletka fue uno de los pocos fotógrafos que documentaron eventos en Mariúpol en ese momento. El jurado ha sentido que su historia comunicaba el horror de la guerra para los civiles; y han elogiado la resiliencia del fotógrafo mientras trabajaba bajo una inmensa presión y una amenaza inminente.

The Price of Peace in Afghanistan (El precio de la paz en Afganistán), de Mads Nissen para Politiken/Panos Pictures

Mujeres y niños piden pan frente a una panadería en el centro de Kabul, Afganistán, el 14 de enero de 2022.

The Price of Peace in Afghanistan (El precio de la paz en Afganistán), de Mads Nissen para Politiken/Panos Pictures

Incapaces de costear los alimentos para la familia, los padres de Khalil Ahmad (15) decidieron vender su riñón por 3.500 dólares. La falta de trabajo y la amenaza de morir de hambre han llevado a un aumento dramático del comercio ilegal de órganos. Una fotografía tomada en Herat, Afganistán, 19 de enero de 2022.

The Price of Peace in Afghanistan (El precio de la paz en Afganistán), de Mads Nissen para Politiken/Panos Pictures

Un mural de propaganda talibán cubre la pared de la antigua embajada de EEUU en Kabul, Afganistán, el 13 de enero de 2022. Frente a la pared, los vendedores ambulantes venden banderas y otras mercancías.

Battered Waters (Aguas maltratadas), de Anush Babajanyan para VII Agency/National Geographic Society

Las mujeres visitan una fuente termal que surgió del lecho seco del mar de Aral, cerca de la aldea de Akespe, Kazajstán, el 27 de agosto de 2019. El cuarto lago más grande del mundo, el mar de Aral, ha perdido el 90% de su contenido desde que el agua del río fue desviado.

Cuatro países de Asia Central sin salida al mar están luchando contra la crisis climática y la falta de coordinación sobre los suministros de agua que comparten. Tayikistán y Kirguistán, en la parte de arriba de los ríos Syr Darya y Amu Darya, necesitan energía extra en invierno. En la parte de abajo, Uzbekistán y Kazajstán necesitan agua en verano para la agricultura. Históricamente, los países intercambiaban estacionalmente energía de combustibles fósiles por agua liberada, pero desde la caída de la URSS y el auge de las industrias privatizadas, este sistema se ha desequilibrado. El uso insostenible del agua y las recientes e intensas sequías agravan los desafíos.

The Doors Don't Know Me (Aquí, las puertas no me reconocen), de Mohamed Mahdy

Este proyecto web colaborativo explora los efectos del aumento del nivel del mar en la comunidad local de Al Max, un pueblo de pescadores situado a lo largo del canal Mahmoudiyah en Alejandría, Egipto. Durante generaciones, sus habitantes han vivido y trabajado en el canal que conduce al mar Mediterráneo. En 2020, el gobierno egipcio comenzó a desalojar partes de Al Max y reubicar a la gente en viviendas a varios kilómetros de distancia de los canales, no solo demoliendo casas, sino también poniendo en peligro la memoria colectiva y la cultura local del vecindario. Las historias presentadas en este proyecto hablan de la precariedad de las personas que luchan por el reconocimiento en medio de la agitación económica y ambiental global. Utilizando imágenes encontradas y la propia fotografía del artista, el proyecto de Mahdy presenta una elegía a una forma de vida comunal a punto de desaparecer.

Passengers, de Cesar Dezfuli para De Volkskrant

Desde 2015, la afluencia de migrantes, refugiados y solicitantes de asilo de África a Europa se ha cubierto en los medios de comunicación europeos como una serie de crisis humanitarias o como un conjunto de estadísticas abstractas. El 1 de agosto de 2016, un barco que transportaba a 118 personas fue encontrado a la deriva frente a la costa de Libia, uno de los cientos que requirieron rescate en los últimos años. ¿Qué pasó con estos individuos después de su llegada a Europa? El proyecto Passengers, presentado como una web multimedia para De Volkskrant, destaca varias historias personales de las personas que estaban en ese barco en 2016 mientras buscan establecer una nueva vida en todo el continente.

War Wounds, de Emilio Morenatti, para Associated Press

Viktor (23) lleva a su esposa Oksana Balandina (23) en un hospital de Lviv, el 14 de mayo de 2022. La pareja se casó mientras Oskana estaba en el hospital, y Viktor la cargó así para su primer baile.

Este proyecto retrata a personas que sufrieron amputaciones como resultado de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. El fotógrafo, que perdió una pierna al hacer un reportaje en Afganistán, siente camaradería con los amputados y se esfuerza por representar la crueldad de la guerra detrás del frente. Si bien el territorio se puede entregar y recuperar, la pérdida de una extremidad, como la pérdida de una vida, es permanente. El jurado ha destacado la simpatía y empatía con la que se manejó la historia.