Dentro, la primera nota musical hace vibrar la sala. En los palcos superiores, los saltos del público sacuden el cemento. La música puede con todo. “Puedes formar una banda de música por muchas razones: para ganar dinero, ligar o llamar la atención. En nuestro caso, Hoba Hoba Spirit estaba hecha para la música. Nada más”, cuenta a este medio desde Casablanca, Reda Allali, vocalista, guitarrista y líder del grupo de rock.
Más de 20 años y ocho álbumes después, Hoba Hoba Spirit, que nació en una pequeña sala de Casablanca, continúa abanderando una música que no era factible en sus inicios. “No buscábamos convertirnos en una banda profesional, ni siquiera pensamos que fuera factible. No nos lo creíamos”, cuenta Allali. “El acceso a internet era caro y no podíamos darnos a conocer por esa vía. No nos dejaban tocar en festivales y tampoco nos aceptaban en las radios. No había un camino para llegar a la audiencia porque las puertas de la industria musical estaban cerradas”, añade.
Aunque son conocidos como uno de los pioneros de la música rock en Marruecos, el propósito inicial era distinto. “Es música del corazón. Como músicos, tenemos armas muy poderosas: la guitarra, las letras, el coro”, revela. Una hora después de empezar su último concierto en Casablanca, un grupo de jóvenes aparta las sillas, que permanecían ordenadamente colocadas para asentar al público. De pronto, se forma un corro y la energía del escenario y la fuerza del bajo, la batería y el micrófono se traslada al público. “No hay un límite entre nosotros, como grupo, y el público de los conciertos. No lo hay ni en nuestros conciertos ni en la música tradicional marroquí”, cuenta Allali. Para el líder de Hoba Hoba Spirit, la música típica del país del norte de África tiene, de por sí, un espíritu rockero: “Te dejas llevar y nadie te va a juzgar. Debemos preservar el alma de cada marroquí”.
Un crecimiento orgánicoA pesar de que el primer álbum se publicó en 2003, Hoba Hoba Spirit se formó en 1998. Antes, Allali reconoce que, cuando era un estudiante, tocaba en algunos grupos más pequeños en Casablanca: “Iba de banda en banda, bien sea como guitarrista o en los platillos, me daba igual. Solo quería tocar música”, cuenta durante una entrevista con este medio.
A finales de los años 90, conoció a los que todavía hoy integran el grupo de rock: Adil Hanine en la batería, Anouar Zehouani en la guitarra, Saad Bouidi en el bajo, Othmane Hmimar en la percusión y el propio Allali en la guitarra y como vocalista principal. “Quizás ya estamos demasiado anticuados, pero no podemos parar”, revela entre risas. Cuando empezaron a tocar y componer juntos, el grupo creció progresivamente. “Comenzamos a hacernos un hueco en el panorama musical a partir del año 2002. Nos invitaban a festivales como el Gnawa en Esauira o el Boulevard Festival aquí en Casablanca. Nos movimos en un ambiente que nos ayudó a crecer. Estábamos en el lugar correcto”, añade.
Un concierto de Hoba Hoba SpiritA pesar de que la diversidad cultural en Marruecos es extensa, en la producción cultural, el cantante de Hoba Hoba Spirit revela que existía un halo de conservadurismo. “Nadie confiaba en nuestra música y, al principio, no la aceptaban. Incluso nosotros mismos no estábamos convencidos”, cuenta. “Y ya ni te cuento fuera de Marruecos. ¿Qué puede esperar el público extranjero sobre un grupo de música marroquí? Rock desde luego que no”, añade.
En la actualidad, la situación musical del país y el reconocimiento de Hoba Hoba Spirit, dentro y fuera de Marruecos, es distinto. “El rap y el hip hop han demostrado que es posible ser famoso fuera de Marruecos y que no deben de existir estereotipos alrededor de la música que produces. Antes nos decían lo que sí y lo que no podíamos hacer. Hoy, el público ha abierto la mente”, cuenta Allali desde Casablanca.
Energía, amor y rock and rollNo hay edad en los conciertos de Hoba Hoba Spirit. Las primeras filas están tomadas por chicos jóvenes, que salpican al resto del público con el sudor de la frente que provoca cada salto y baile. En las esquinas más rezagadas de la sala, algunas mujeres, de mediana edad, observan maravilladas el espectáculo. Todos cantan sus letras y reconocen las primeras notas musicales de las canciones. “Nunca hemos intentado analizar cuál es nuestro público y quién nos escucha. El público de Hoba Hoba Spirit es diverso”, señala el vocalista. “Es una victoria que la banda resista tantos años y que los jóvenes cante no solo una canción, sino dos o más”, añade con orgullo.
El grupo independiente ha tocado en grandes festivales, en prisiones, en las calles, en hospitales y pequeños bares, en centros de reinserción y para la población indigente. Han recorrido Marruecos de norte a sur; y de este a oeste, y han tomado escenarios de España, Francia, Estados Unidos, Tanzania, Mali, Uganda o Níger, entre otros. “Hay quien dice que somos un grupo de fiestas, otros de rock, otros creen que hacemos activismo y somos un grupo político… La realidad es que nos hemos rendido ante la idea de que no nos importa cómo nos etiqueten. Abanderamos la libre interpretación”.
Aun así, el vocalista recuerda que más allá de las etiquetas, hay un proyecto musical construido sobre los cimientos de la amistad, la familia y el compañerismo. “Queremos trasladar amor y energía. No nos gusta ser tan serios sobre las canciones que tocamos y escribimos. Si nuestras canciones recogen un mensaje es que no hay un mensaje. Es música del corazón. Como decimos en una de nuestras canciones: No lo llames música del mundo, solo música de mi mundo”.