La primera muestra en abrir sus puertas será Marina Vargas: Revelaciones, el próximo lunes 10 de febrero. “Parte de su trabajo consiste en el redescubrimiento de voces femeninas silenciadas”, ha descrito el responsable, destacando el protagonismo de María Magdalena. A través de ella, la granadina traza un recorrido expositivo que explora las figuras de las mujeres en la historia del arte, en la imaginería, pero también en el relato sagrado a partir de su biografía y su experiencia personal, con una perspectiva local que busca romper el silencio patriarcal que las ha relegado a un segundo plano.
El 4 de marzo llegará el turno de Proust y las artes, que ahondará en la importancia que estas tuvieron en la obra del escritor francés. Incluirá pinturas de Rembrandt, Vermeer, Van Dyck, Watteau, Turner, Fantin Latour, Manet, Monet, Renoir y Whistler, entre otros; una escultura de Antoine Bourdelle, diseños de Mariano Fortuny y una selección de manuscritos del autor.
'Noli Me Tangere (La Incredulidad, 2020)', de Marina Vargas Interior de la catedral de Reims, h. 1862El Thyssen se reserva para otoño Warhol, Pollock y otros espacios americanos, que reunirá la obra de estos dos nombres clave del arte del siglo XX, junto a otros artistas que, durante el mismo periodo, replantearon problemas relacionados con las nuevas estrategias espaciales. Ambos trastocaron la noción de fondo y de la figura, y se centraron en un proyecto que, en sus estrategias pictóricas, les servía como camuflaje. Desde la pinacoteca lo han definido como hasta cierto punto “autobiográfico” para dos autores que trabajaron sobre la repetición, la serialidad y la abstractización como forma de encontrar un lugar en el mundo que les tocó vivir.
También en otoño, a partir del 28 de octubre, se podrá visitar Picasso y Klee en la colección Heinz Berggruen, el coleccionista alemán que abrió una legendaria galería de arte en París, especializada en arte moderno, que durante tres décadas contó con una prestigiosa clientela, entre la que se encontraba su amigo el barón Thyssen-Bornemisza. La exhibición contará con piezas de la colección permanente. El artista y compositor libanés Tarek Atoui, la japonesa Ayako Rokkaku, la canadiense Anna Weyant, el británico John Akomfrah y el italiano Francesco Guardi serán el resto de protagonistas del programa del Thyssen.
Tendencia hacia el arte contemporáneoGuillermo Solana, director del centro, ha explicado que, desde hace varias décadas, existe una tendencia de los museos hacia el arte contemporáneo, citando como ejemplos el Louvre y el Metropolitan de Nueva York. “Los artistas contemporáneos son los mejores mediadores entre el arte moderno y el antiguo. Los que mejor nos pueden comunicar el arte del pasado, los que mejor lo entienden”, ha descrito. Para el responsable, sus piezas son fundamentales para mostrar al público general que el arte contemporáneo “no es el coco”.
'El puente de Rialto según el proyecto de Palladio, h. 1770“Para gran parte de gente, se ha convertido en algo temible, oscuro, hermético. Nuestro empeño es mostrar a la audiencia general que el arte contemporáneo es mucho más plural y variado de lo que se suele imaginar. Muchas obras van a interesar a quienes vengan a buscar a los maestros de siempre”, ha compartido. En el empeño del Thyssen seguirá estando igualmente acercar a los visitantes más jóvenes, para que no les resulten “una institución lejana”.
También estará en el radar trabajar en torno a la memoria colonial, como hicieron el año pasado con la exposición que tomó el mismo nombre, y que explicó cómo el imaginario colectivo al que ha contribuido la historia del arte condiciona nuestro presente. El director Guillermo Solana ha avanzado que tiene pendiente un proyecto sobre animalismos, en el que explorará el papel de los animales dentro de la colección.