Picasso tenía 17 años cuando junto a los dibujos que abocetaba en uno de sus cuadernos escribió: “¡Greco, Velázquez, inspirarme!”. Eran dibujos muy rápidos en los que practicaba la mano con figuras que encontraba a su paso. En otra página de uno de esos cuadernos también apuntó: “Yo, el Greco”. A partir de esa frase adolescente la comisaría Carmen Giménez construye la teoría que relaciona las artes del pintor griego con el cubismo analítico del malagueño. Según escribe la especialista en la obra de Picasso, esa frase es “toda una declaración de intenciones para un estudiante de apenas 17 años, que intuía en la obra del Greco el germen de aquello de lo que precisamente habría de liberar a la pintura moderna del dogma académico”.
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