Las nuevas ediciones en inglés de los libros del escritor británico Roald Dahl están plagadas de cambios que consisten tanto en eliminaciones de frases y palabras que han sido consideras como discriminatorias, como en expresiones alteradas o incluso el género de algunos personajes secundarios, que se ha visto eludido o trastocado. La mofa hacia la fealdad, la calvicie o los defectos físicos, recursos habituales de la ironía mordaz de Dahl, se han limitado en gran medida.
Estas correcciones, de las que alertó el periódico Daily Telegraph el pasado fin de semana, han generado un amplio debate sobre la pertinencia de tales cambios y la legitimidad para alterar la obra de un autor fallecido, aunque en este caso hayan sido sus herederos los que han impulsado la revisión, para la que han contado con una empresa consultora enfocada a la inclusividad en la literatura.
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