“Yo lo que quisiera es no emocionarme tanto, porque después de unas horas como hoy me siento deshecho, agotado, no puedo con tanto placer, no lo resisto como antes”. Joaquín Sorolla tiene 52 años y nota que algo ha cambiado en su cuerpo. Está pintando en Lloret de Mar, un precioso rincón de Catalunya. Remata uno de los 14 paneles que decorarán la biblioteca de la Hispanic Society de Nueva York, por encargo del multimillonario Archer Milton Huntington. A pesar del delicioso entorno mediterráneo, del cuidado de los amigos o del pelotón de ayudantes que lo acompañan, saltan las alarmas en la salud del pintor.
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