Los recuerdos se diluyen 20 años después del hallazgo. No recuerda si encontró en una buhardilla o en un sótano el cuadro de casi seis metros de ancho y tres metros de alto. José Luis Díez era en 2002 el subdirector de Conservación de la institución y máxima referencia de la pintura del siglo XIX, y descubrió —junto con Mercedes Orihuela Maeso, conservadora del Servicio de Depósitos— el cuadro perdido enrollado como si fuera un tapiz, en un rincón del edificio del Ministerio de Trabajo, en el actual Ministerio del Interior, en Madrid.
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