Hay cartas de restaurante que en realidad son cartas de amor y seducción. Ese camino hacia el hedonismo de los sabores lo abren las palabras que los envuelven
Archiletras - ‘Inquiokupa’, palabro injusto y mentiroso
Un pequeño empresario francés del Siglo de las Luces, de apellido Boulanger, abrió en París una casa de comidas. En el frente puso un cartel en latín vulgar en el que se podía leer: Venis ad me omnes qui stomacho laboratis et ego restaurabo vos (Venid a mí los que tenéis el estómago vacío que yo os lo restauraré).