Brasil gana a corto plazo con la guerra comercial entre Estados Unidos y China debido a que eleva algunas de sus exportaciones pero termina perdiendo a largo plazo por la inestabilidad mundial generada por esa disputa, afirmó este lunes el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao.

La advertencia fue hecha en la Conferencia Anual del Consejo Empresarial Brasil-China, que reúne este lunes en Sao Paulo a empresarios de ambos países y cuya ceremonia inaugural contó con la participación de Mourao, que esta semana ejerce interinamente la Presidencia brasileña debido a que Jair Bolsonaro se recupera de la cirugía en el abdomen a que fue sometido el domingo.

"Sabemos que las ganancias a corto plazo para Brasil, como en el caso del aumento de la demanda china por soja, pueden quedar comprometidas por la reducción global de la actividad económica o por el desequilibrio de los mercados a largo plazo", afirmó el presidente en ejercicio de Brasil en su pronunciamiento.

"La inestabilidad política no contribuye al progreso económico", agregó el general de la reserva del Ejército brasileño.

Las divergencias entre las dos mayores economías del mundo han favorecido a algunos sectores brasileños, que han conseguido elevar exportaciones de productos que China compraba de Estados Unidos.

Para Mourao, pese a esas ganancias, la guerra comercial genera riesgos económicos para Brasil.

"El mundo sigue con temor la escaldada de las barreras arancelarias y el aumento del riesgo de una recesión mundial", afirmó el vicepresidente, que se dijo confiado en que "las grandes potencias sabrán evitar aquello que conocemos como la Trampa de Tucídides".

La expresión hace referencia a una teoría sociológica sobre los riesgos generados por el enfrentamiento entre una potencia en ascensión y la hegemónica.

En su pronunciamiento, Mourao destacó los esfuerzos de Brasil por mantener sus buenas relaciones con China, que hace casi un lustro sustituyó a EE.UU. como el principal socio comercial del país.

Pese a que Bolsonaro, que se ha caracterizado por su marcado discurso anti izquierdista, llegó a criticar los negocios de Brasil con China durante la campaña electoral del año pasado, tras asumir el mandato terminó reconociendo la importancia del gigante asiático como el principal destino de las exportaciones del país.

El líder ultraderechista, que tras asumir anunció su deseo de que Brasil tenga relaciones comerciales con todos los países sin distinciones ideológicas, tiene incluso programado un viaje a China el próximo mes para reforzar las relaciones.

"Hemos intentado construir relaciones de confianza y generar el ambiente propicio para la diversificación de las relaciones económicas con China. Esa disposición se hace aún más pertinente en el contexto de elevación del enfrentamiento económico y comercial (con Estados Unidos)", afirmó Mourao.

Agregó que el diálogo entre ambos gobiernos "ha sido fluido, respetuoso y constructivo" tras el viaje que realizó en mayo pasado a Pekín en su condición de vicepresidente de Brasil y debido a la intención de los dos países de reforzar los Brics, el foro de países emergentes que comparten con Rusia, India y Sudáfrica.

"La visita del presidente Bolsonaro a Pekín (en octubre) le dará un nuevo impulso al diálogo político bilateral, así como también lo hará la visita que el presidente Xi Jinpign realizará a Brasilia en noviembre para participar en la Cumbre de los BRICS", afirmó.

El presidente en ejercicio de Brasil aseguró que las reformas económicas promovidas por Bolsonaro, principalmente en relación a privatizaciones y concesiones de obras y servicios públicos, pueden atraer nuevas inversiones chinas al país.

Manifestó igualmente el deseo de Brasil de diversificar su pauta de exportaciones a China, que se concentra principalmente en productos primarios como soja, hierro y carnes.

El intercambio comercial entre ambos países ascendió e año pasado al récord de 100.000 millones de dólares, con un superávit para Brasil de 29.000 millones de dólares.

Mourao destacó el aumento del 28 % de las exportaciones brasileñas de carnes a China en lo que va del año.

"Los chinos reconocen a Brasil como abastecedor confiable de productos agropecuarios", dijo tras destacar el anuncio hecho por China este lunes de que autorizó a 25 nuevas plantas industriales brasileñas a exportar carnes al gigante asiático.

El embajador de China en Brasil, Yang Wanming, que también participó en la cita empresarial, admitió que la disputa comercial con Estados Unidos genera incertidumbre en todo el mundo.

Pero aclaró que China quiere reducir los aranceles y las barreras en el comercio con Brasil, así como doblar hasta 2026 su consumo de carne bovina, producto del que el país sudamericanos es el mayor productor y exportador mundial.