La inflación minorista en China continuó marcando en agosto su máxima cota desde hace año y medio con un avance del 2,8 % interanual, la misma cifra registrada en el mes anterior.
Así pues, se repitió la situación de mayo y junio (en ambos meses subió un 2,7 %) y el índice de precios al consumidor (IPC), principal indicador de la inflación, se mantuvo en agosto en su nivel más alto desde febrero de 2018.
Al igual que en julio, los principales responsables del aumento interanual de los precios fueron los alimentos, que se encarecieron un 10 %, informó hoy la Oficina Nacional de Estadística (ONE) de China en un comunicado publicado en su página web.
En este apartado, la carne protagonizó el mayor aumento, con un 30,9 % interanual y, dentro de la carne, la de cerdo -uno de los productos más demandados por los consumidores chinos- subió un 46,7 %, dado que su producción se ha visto mermada por la epidemia de peste porcina africana, que ha diezmado su población en el país asiático.
Según el estadístico de la ONE Shen Yun, la creciente demanda de carnes sustitutivas del cerdo y la cercanía del Festival de Medio Otoño -que se celebra el 13 de septiembre- fueron factores que afectaron al desempeño de esos precios en agosto.
Los analistas Julian Evans-Pritchard y Martin Rasmussen, de la consultora Capital Economics, prevén una mayor caída de la población porcina en China, por lo que pronostican que la inflación minorista "seguirá acelerándose en los próximos meses".
La fruta fresca, otro de los habituales protagonistas de los ascensos en los precios, se disparó un 24 % interanual, también debido a una bajada de los niveles de producción que las autoridades achacan a un "clima extremo", aunque la disponibilidad de melones de temporada suavizó esa subida.
Por su parte, los huevos y el alcohol vieron sus precios incrementarse en un 3,6 y 2,3 % interanual, respectivamente.
El encarecimiento de los productos no alimentarios fue del 1,1 %, dos décimas menos que el mes anterior.
Los precios del sector servicios, la sanidad y la educación, cultura y entretenimiento se incrementaron un 1,6 %, 2,3 % y un 2,1%, respectivamente.
Dentro del sector sanitario, la medicina tradicional china registró una subida del 4,3 %, frente a un 4 % de la llamada "medicina occidental".
Por contra, el transporte y las comunicaciones se abarataron un 2,3 % interanual, dos décimas más de caída respecto al mes anterior, con el combustible como principal responsable del descenso, con un 10,2 % menos.
En el acumulado de los primeros ocho meses del año, la media interanual del incremento de los precios en el país asiático fue del 2,4 %.
Por otra parte, la ONE también divulgó hoy el dato del índice de precios a la producción (IPP), que mide la inflación mayorista y que continuó a la baja al descender un 0,8 %.
En julio (-0,3 %) había registrado su primer descenso interanual desde agosto de 2016, por lo que este dato deflacionista situó al IPP en sus mínimos de los últimos tres años.
Para Capital Economics, los principales responsables de esta caída fueron los precios de la energía y de los metales, aunque también destacan la bajada en los bienes manufacturados, lo que "apunta a una mayor ralentización de la demanda".
Los mayores descensos interanuales en los precios, según las estadísticas de la ONE, se registraron en la industria de extracción de petróleo y gas (9,1 %), la manufactura de fibras químicas (8,9%), la industria de papel y derivados (7,6 %) o las materias primas químicas (6,8 %).
Aunque no todo fueron caídas: por ejemplo, la industria de minería y separación de metales ferrosos subió sus precios en un 21,7 %.
De cara al futuro, Evans-Pritchard y Rasmussen creen que la situación anticipa medidas de flexibilización monetaria por parte de las autoridades de Pekín.