El Banco Santander ha anunciado este martes que asume un deterioro de 1.500 millones de euros en el fondo de comercio de su filial británica, Santander UK, como consecuencia de la presión regulatoria, la mayor competencia y la incertidumbre sobre el impacto en la economía por el "brexit".
Al mismo tiempo el consejo de administración del grupo ha aprobado el pago de un dividendo en efectivo de 0,10 euros por acción el próximo 1 de noviembre, el primero con cargo a los resultados de 2019, según la información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) pasadas las 22:00 horas.
El banco explica que el ajuste contable en el fondo de comercio de su filial británica se llevará a cabo en las cuentas consolidadas del grupo a cierre de septiembre y aunque tendrá impacto en el beneficio atribuido, no afectará al resultado ordinario del grupo, ni al valor por acción o al ratio de capital CET1 puesto que los fondos de comercio están excluidos del cálculo.
Santander reconoce el efecto negativo de la nueva regulación en Reino Unido que obliga a separar el negocio de banca minorista del de banca inversión y que le ha supuesto aumentar el volumen de activos en la sucursal de Londres de Banco Santander en unos 40.000 millones de euros.
De esa cantidad, unos 25.000 millones son de un traspaso inicial de activos de Santander UK, por lo que esta entidad se quedan con un tamaño menor y, por tanto, con una previsión de que la generación de beneficios será inferior.
Pero ése no es el único factor para el deterioro de 1.500 millones de euros en el fondo de comercio, ya que Santander admite de que ha aumentado la presión competitiva en Reino Unido y la incertidumbre sobre el impacto del "brexit" en la economía del país.
No obstante, la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, insiste en que Reino Unido sigue siendo clave para el grupo y prueba de ello es que están invirtiendo "significativamente" para mejorar su posición y atender "aun mejor" a los clientes.
En cuanto al dividendo, Botín considera que repartir 0,10 euros por acción en noviembre es una muestra de la fortaleza del modelo de negocio de la entidad, a lo que se une que el consejo ha reafirmado su compromiso de seguir repartiendo entre sus accionistas entre el 40 y el 50 % de su beneficio ordinario.
Además, el grupo ha acordado la incorporación de la banquera británica Pamela Walkden al consejo de administración del Santander como independiente, tras una larga carrera en el sector financiero, en la que ha ocupado puestos de responsabilidad principalmente en Standard Chartered Bank, donde trabajó casi 30 años.
Ocupará la vacante que deja el mexicano Carlos Fernández, ligado a consejo de administración del Banco Santander desde 2015.
Cuando el relevo sea efectivo, el máximo órgano de gestión de la entidad estará compuesto por 15 miembros, un 40 % de mujeres y el 60 % de los consejeros serán independientes. Santander presume de diversidad tanto de género como de nacionalidades, pues hay españoles, británicos, estadounidenses y portugueses.
Santander también ha anunciado este martes la designación como responsable de cumplimiento del grupo del holandés Marjolein van Hellemondt-Gerdingh, que proviene de una filial de Rabobank y que trabajó anteriormente en la aseguradora Zurich y en NN-Group.
Sustituirá en el cargo a Mónica López-Monís, nombrada recientemente responsable global de Asuntos Regulatorios.