Iberdrola apunta a un nuevo récord de beneficios en 2023, tras el alcanzado en 2022, después de anotarse hasta septiembre unas ganancias de 3.637 millones de euros, un 17,2% más.
La multinacional ha elevado sus previsiones para el conjunto de 2022, con un crecimiento de beneficios de "doble dígito" respecto al récord de 4.339 millones del pasado ejercicio, excluyendo cualquier plusvalía adicional por rotaciones de activos. Esto se traduciría en un beneficio de cerca de 4.800 millones en este ejercicio. Sería su sexto récord consecutivo de ganancias.
El presidente ejecutivo de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha justificado esta mejora de las previsiones en el aumento de la base de activos regulados, que ha crecido hasta 42.000 millones, la mejora de la marcha del negocio en Brasil, el nuevo marco tarifario de Nueva York (Estados Unidos) o la mejora de las condiciones eólicas e hidroeléctricas en España.
Además, la eléctrica espera "recuperar" en los próximos meses cerca de 1.000 millones por decisiones judiciales favorables.
La mayor parte de ese importe, entre 600-700 millones, está relacionado con el reciente aval de la Justicia europea al sistema español de deducciones a empresas españolas por compras en el exterior que se aprobó en 2012 y que inicialmente había anulado la Comisión Europea.
También espera un efecto financiero favorable de 230 millones tras una reciente decisión del Tribunal Supremo que ha avalado la remuneración de las distribuidoras en España para los últimos nueve ejercicios.
A diferencia de Repsol, que este jueves ha amenazado con deslocalizar inversiones fuera de España ante la promesa de PSOE y Sumar de mantener el impuesto temporal a las energéticas, Galán ha preferido el perfil bajo al ser preguntado por los analistas por esta promesa, en función de lo que deparen las actuales "conversaciones con los socios potenciales": "Vamos a esperar a que se forme el gobierno" y "conocer cuál es su programa".
Respecto a la compra de la estadounidense PNM, que anunció hace ya tres años, y que rechazó el regulador de Nueva México, Iberdrola está esperando una decisión del Tribunal Supremo de ese estado que "probablemente" llegará "durante la primera mitad del año que viene".
Pero se ha abierto a un posible "plan B", otra operación, si esta finalmente no prospera, porque hay "muchas oportunidades" en EEUU, donde cuenta con 6.000 millones para invertir.
Galán ha avalado la propuesta de reforma del mercado eléctrico que ha acordado la UE, que ha calificado de "consistente" y "equilibrada", ya que se defienden los 'PPA' -contratos de compraventa a largo plazo- como mecanismos para mantener los precios estables a largo plazo. "Llevamos defendiendo eso desde hace muchos años, sin ningún tipo de límite", afirmó.
La compañía, que quiere seguir aumentando sus dividendos "en línea con nuestros resultados", como ha explicado a los analistas, ha aumentado su dividendo a cuenta de 2023 -que será distribuido en enero- un 11%, hasta los 0,20 euros por acción, frente a los 0,18 euros por título de 2022.
La multinacional vasca prevé cerrar el año con 150.000 millones en activos y una deuda neta de unos 42.000 millones, 1.000 millones más de lo previsto hasta ahora. Actualmente su endeudamiento ronda los 48.000 millones, un 8,3% más que hace un año.
Hasta septiembre, el resultado bruto de explotación (Ebitda) de Iberdrola creció un 13,2%, hasta 10.783 millones, debido a los mayores volúmenes de producción, el mayor factor de carga y la eficiencia operativa, junto con las menores compras de energía.
Las inversiones brutas de Iberdrola alcanzaron 10.842 millones en los últimos 12 meses, con una capacidad renovable de 41.300 MW, tras sumar 3.100 MW nuevos en el último año.