El pasado verano se batieron varios récords en materia de empleo. Se alcanzó el máximo histórico de trabajadores en España, casi 21,3 millones de personas ocupadas, pero también se rompió otro techo: el de la población activa, las personas dispuestas a trabajar, que batió los 24,1 millones de personas. El mercado laboral en España se enfrenta en los próximos años al reto de hacerse más amplio reduciendo su nivel de paro, que alcanza a 2,8 millones de personas, con la tasa de desempleo más elevada de la Unión Europea.
El gran auge de la población activa entre julio y septiembre se explica de hecho porque, pese a la intensa creación de empleo del verano (209.100 personas), superior a la media de los años prepandemia, el paro también se incrementase, en unas 92.700 personas. Cabe destacar que mucho del aumento del paro correspondía a personas en búsqueda de su primer empleo (40.900) y también se incrementaron las cifras de quienes llevan poco tiempo buscando un trabajo (menos de tres meses, 88.300 personas).
Que el mercado de trabajo se ensanche es una buena noticia. Los niveles de la tasa de actividad, que mide los activos en referencia a la población total de más de 16 años), reflejan que el porcentaje se redujo tras la crisis económica y no se ha recuperado todavía.
Además, ampliar la población activa y trabajadora figura entre los objetivos de España y muchos otros países para el futuro de sus Estado del Bienestar, en cuestiones clave como el mantenimiento de las pensiones públicas. La OCDE publicó esta semana su informe anual, con un máximo histórico de llegadas de migrantes a los estados del Club de los países ricos, en el que coincidía en la necesidad de la población extranjera para impulsar el crecimiento económico en el futuro ante el envejecimiento de la población.
El tercer trimestre del año es un momento propicio para el alza de la población activa, impulsada por las contrataciones estacionales del verano, sobre todo entre gente joven, y el inicio de curso en septiembre, muy relevante en sectores como la educación, explica Javier Blasco, director de The Adecco Group Institute. Esto serían las razones "estacionales", explica Blasco.
Pero este año el incremento en la población activa entre julio y septiembre ha sido récord en las últimas décadas (salvo por los vaivenes provocados por la pandemia), de más de 300.000 personas, y en lo que llevamos de año se vienen observando aumentos más potentes que en el pasado. En los últimos doce meses, el alza se sitúa casi en las 600.000 personas más dispuestas a trabajar.
"Tiene que ver con que hay más oportunidades", considera Fernando Luján, vicesecretario general de Política Sindical de UGT, que cree que hay población desempleada que antes estaba desanimada ante la falta de opciones en el mercado laboral y que ahora está volviendo a buscar empleo.
Luján valora que la activación no solo se explica porque hay más empleo, en máximos históricos, sino también porque "las condiciones laborales son mejores", respecto a lo que reivindica la reforma laboral, por el gran aumento de los contratos indefinidos, así como el alza del salario mínimo y el acuerdo de sindicatos y patronal para aumentar los sueldos.
Hay otros motivos que se registran desde hace años, como la incorporación de las mujeres al mercado laboral, más intensa que en épocas pasadas, así como el aumento de la población trabajadora de edad avanzada, fruto sobre todo del retraso en la edad legal de jubilación, que se va aproximando poco a poco a los 67 años. El Gobierno de coalición incentivó además el retiro demorado, a partir de un año más tarde la edad de jubilación, que está aumentando el número de personas que se acogen a esta fórmula.
Además, se suma el auge de la población activa extranjera, muy intenso en este último trimestre, con 144.200 incorporaciones que se añaden a las 157.600 personas españolas y con doble nacionalidad. En el último año, la incorporación de casi 600.000 personas más a la población activa se componen de 362.100 extranjeras y 233.000 españolas y con doble nacionalidad.
Por regiones de origen de las personas extranjeras, sobresalen muy mayoritariamente las personas procedentes de América Latina, 91.600 activas más en el último trimestre y 237.400 en el último año.
Según los datos de la EPA, el incremento no se debe a las llegadas de nueva población, sino a la incorporación al mercado laboral de personas que ya estaban en el país, en muchos casos "con más de cuatro años de residencia", subraya Raúl Olmos, de la secretaría de Acción Sindical y Empleo de CCOO.
La activación de la población extranjera apunta sobre todo a las mujeres, con un aumento del 13% en el último año respecto al 9% de los hombres. En CCOO hacen dos lecturas del aumento de la población activa extranjera, "el efecto general común en toda la población activa de mayores expectativas de encontrar empleo y el impacto de la inflación, que hace especialmente mella en hogares con renta ajustada y puede estar activando a mujeres que se estaban dedicando a los cuidados", explica Raúl Olmos.
Aunque aún ha pasado poco tiempo, hay que recordar que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha aprobado varias reformas para facilitar el acceso al empleo de la población migrante, como los menores y jóvenes extutelados, las personas residentes estudiantes y quienes lleven al menos dos años en el país gracias al nuevo "arraigo por formación", entre otras. Según las cifras provisionales del Ministerio de Trabajo, en lo que llevamos de año hasta junio se concedieron 110.639 autorizaciones de trabajo, casi un 23% más que en el mismo periodo de 2022.
Tras abordar en la reforma laboral el trabajo temporal abusivo, el mercado de trabajo en España tiene una segunda tarea prioritaria: reducir su nivel de paro, del 11,8%, en máximos de la UE. Es decir, dar oportunidades de empleo a esa población activa en máximos y que se busca que aumente en el futuro.
Para ello, hay unanimidad entre las personas conocedoras del mercado laboral en la necesidad de mejorar los servicios públicos de empleo, con más orientación y acompañamiento personalizado a quienes buscan trabajo. También con más medios para su recualificación y para la formación de los trabajadores a lo largo de su vida laboral.
Javier Blasco destaca la necesidad de mejorar la orientación y hacer más atractivos sectores de actividad con falta de mano de obra y de relevo generacional, como la construcción y determinados puestos en la industria, para los que las empresas afirman que no tienen candidatos.
El director de The Adecco Group Institute considera también que hay que mejorar las políticas activas de empleo e implementar un paquete de medidas e incentivos para favorecer el empleo de las personas de avanzada edad, donde se enquista en muchas ocasiones el paro de larga duración. "Es un sinsentido desde punto de vista económico y ético prescindir del talento de personas que todavía tienen mucho potencial y que se pueden recualificar", considera Blasco.
En los sindicatos subrayan además que los fondos europeos tras la pandemia son "una gran oportunidad" para avanzar en el ansiado cambio de modelo productivo en España, con una mayor apuesta por actividades industriales y de alto valor añadido, que avancen en la digitalización y la transición a una economía más verde.
"Y hay que afrontar el reparto de trabajo, gracias a la reducción de la jornada laboral", considera Fernando Luján, tema de máxima actualidad tras el acuerdo de gobierno para disminuir la jornada máxima a las 37 horas y media semanales. El vicesecretario general de Política Sindical de UGT sostiene que "ahora se es muchísimo más productivo que hace 40 años y las empresas están ganando más", por lo que considera que la medida está justificada y puede mejorar la salud laboral y la conciliación de los trabajadores.