A principios de septiembre, la farmacéutica danesa Novo Nordisk se convirtió en la compañía europea con mayor valor en bolsa. Entonces, esta firma con sede en la localidad de Bagsværd valía cerca de 398.000 millones de euros. Desde ese 4 de septiembre, sus acciones aún valen más, porque han subido casi un 5%, y la empresa hasta hace unos meses casi desconocida ha vuelto a pulverizar sus resultados financieros.
Novo Nordisk se ha subido al pódium de las mayores empresas europeas gracias a dos medicamentos.
Ambos productos no solo han disparado el beneficio neto de Novo Nordisk -un 47% en lo que va de año, a más de 8.200 millones de euros-, también están agitando las estrategias y planes de negocio de compañías que no tienen nada que ver con la actividad farmacéutica. Gigantes empresariales como Nestlé, Pepsico o Carlsberg han reconocido que están estudiando el impacto de estos medicamentos en el consumo de sus clientes.
Uno de los grupos más claros al hablar de esta nueva realidad ha sido Nestlé. La multinacional suiza dueña de Kit Kat, Nesquik, La Lechera o Nespresso ha asumido que puede tener que adaptar su gama de productos.
"Lo estamos observando con detenimiento", aseguró hace unos días su consejero delegado, Mark Schneider, en la presentación de los resultados financieros hasta septiembre. "La mayor parte de nuestro portafolio no se va a ver afectado", aseguró pero, al mismo tiempo, están trabajando en una "amplia gama de productos que pueden servir como complementos" a los tratamientos médicos, por ejemplo, para evitar volver a ganar peso después de perderlo.
No son los únicos. "Reconozco que hay especulaciones, sobre todo en el mercado [bursátil] sobre el impacto de estos medicamentos y lo estamos estudiando al detalle", argumentó el director financiero de Pepsico, Hugh Johnston, en una entrevista con Bloomberg Televisión. "Hay barreras para su consumo, las dosis, que además son bastante caras. Todo indica que puede tardar tiempo en ser un medicamento extendido. Creo que será lento y si los consumidores migran su hábitos de consumo, nosotros migraremos con ellos".
Pepsico no solo es dueña de la enseña de refrescos que le da nombre. También, de marcas de aperitivos como Lays, Cheetos o Doritos. "La categoría de los snacks no va a desaparecer. A la gente le gustan por muchos motivos, porque necesitan un chute de energía, por motivos sociales pero, como pasó con las bebidas sin azúcar, si los consumidores piden cambios con los snacks, también estaríamos con ellos", ahondó Johnston. También asumió que esas modificaciones en el consumo ya se están produciendo, no tanto por los medicamentos, como por un cambio de prioridades, por ejemplo, hacia productos con menos sodio o con más proteínas.
También analizan con detenimiento el efecto de Ozempic y Wegovy las grandes cerveceras. De momento, han hablado de ello Carlsberg y Anheuser-Busch InBev. Esta última es el mayor fabricante de cerveza del mundo y está detrás de marcas como Budweiser, Corona o Stella Artois, entre otras. Su consejero delegado, Michel Doukeris; y el de Carlsberg, Jacob Aarup-Andersen, explicaron en declaraciones a Reuters que están mirando el impacto de estos medicamentos que, de momento, no ha sido "significativo", según el principal ejecutivo de la empresa danesa. "Es pronto, pero estamos tranquilos", añadió Aarup-Andersen.
El eje de fondo para las cerveceras pasa porque este tipo de fármacos no solo aumentan la sensación de saciedad de quienes los toman, también derivarían -según estudios en una fase muy preliminar- en una reducción del consumo de bebidas alcohólicas y en un alivio de los síntomas de abstinencia del alcohol.
Más allá de los fabricantes, algunos de los grandes grupos de distribución también han señalado que ven cambios en sus negocios como respuesta al consumo de Ozempic y Wegovy.
"Definitivamente, vemos un cambio, una reducción en la cesta de la compra", afirmó a principios de mes John Furner, presidente y consejero delegado del gigante de la distribución en Estados Unidos, Walmart. "Se compran menos unidades y con menos calorías". En su caso, ese análisis y datos no viene solo por medir cuánto se gastan sus clientes en comida. Walmart tiene capacidad de cruzar datos porque en sus establecimientos también vende medicinas.
Otra derivada del efecto de este tipo de tratamientos para adelgazar o mantener los niveles de azúcar bajo control son las cadenas de comida rápida. Una de ellas, Chipotle Mexican Grill, ya ha hablado de ello, porque quienes toman Ozempic y el Wegovy, suele optar por alimentos "más saludables", según aseguró su director financiero Jack Hartung, en la presentación de resultados trimestrales. "Está claro que hacen que pierdas el apetito", apuntilló.
Hartung explicó a los inversores que siguen la empresa que Chipotle está analizando de cerca el tema, así como los informes de los analistas sobre el impacto en la industria de estos medicamentos a medio y largo plazo. "Nosotros defendemos los productos saludables y creemos que nos irá bien, pero no sabemos lo que no sabemos", sentenció.