“El envejecimiento se utiliza como excusa para fomentar los planes privados de pensiones”

Puede que haya escuchado o leído acerca de expresiones como el “invierno demográfico” o, incluso, el “suicidio demográfico”, con una alerta de fondo en la baja natalidad y el envejecimiento de la población. Son metáforas que se han instalado en el debate público y mediático bajo un aparente “sentido común demográfico”, pero que un grupo de demógrafos ha querido desenmascarar señalando su origen, que parte de grupos neoconservadores e incluso “postfascistas” y ciertos poderes económicos, explica Andreu Domingo, coordinador de La coartada demográfica y el discurso de la involución en España, publicado recientemente por Icaria Editorial.

 

Discursos que están al alza en España y en toda Europa, muchas veces en boca de políticos, economistas y tertulianos, pero sin apenas voz de los especialistas en la materia. En España destaca como difusor Vox, pero el libro también señala a figuras en el Partido Popular, como Isabel Díaz Ayuso. A partir de hechos ciertos, como el descenso de los nacimientos y la extensión de la esperanza de vida, se difunden mensajes cargados de ideología (e intereses), pero revestidos de "naturalidad", alertan los profesionales. 

“Buscan crear causalidades y lo que hacen es desplazar lo estructural a lo individual. Es decir, al final hacen responsable a los individuos y sus valores. Ahí, por ejemplo, es donde entra todo ese discurso misógino que señala que a las mujeres y el feminismo como los responsables de la baja fecundidad o que atacan a los jóvenes por el hedonismo”, destaca a elDiario.es Andreu Domingo, subdirector del Centre d’Estudis Demogràfics (CED) en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

O la teoría del “gran reemplazo”, por la que supuestamente la población autóctona se ve amenazada por una inmigración masiva. “Es claramente una teoría de la conspiración y lo que ofrece es una explicación muy simple, casi terapéutica a la incapacidad de hacerse cargo de la velocidad de los cambios. Ofrece a la gente un listado de enemigos, es fácil que cale”, reflexiona Domingo. 

El libro, que se presenta en Madrid el próximo 14 de noviembre y en A Coruña el día 24, consta de tres partes: una primera que ahonda en el origen de los “discursos de la involución”, reaccionario que alerta “del declive y la contaminación racial de la población” atravesado por amenazas de género y raza; una segunda parte sobre su difusión, con una mirada específica a los medios de comunicación; y una tercera, en la que tratan de contraponer “relatos engañosos, disfrazados de sentido común, con el análisis demográfico riguroso”. 

En este último apartado se señala a las pensiones y el constante discurso sobre su insostenibilidad debido al envejecimiento de la población. “Mi capítulo está para preguntarse, de alguna forma, si llevamos 20 años diciendo que el sistema de pensiones iba a colapsar, ¿por qué no ha colapsado? ¿Qué es lo que ha pasado?”, sostiene Pau Miret, también miembro del CED, en una entrevista telefónica. 

El investigador señala que, pese a los constantes señalamientos a la demografía, y en concreto al envejecimiento de la población, las últimas décadas indican que la dependencia laboral (de personas en edad de trabajar sin empleo respecto a las que sí lo tienen) ha estado atravesada por “los retos en el mercado de trabajo”. Esta dependencia mejoró sustancialmente gracias a la incorporación masiva de las mujeres al mercado de trabajo, subraya Pau Miret, que aún enfrenta desigualdades. 

Advierte de que, pese a que los problemas centrales apuntan a deberes por resolver en el mercado laboral, como el elevado paro y el “fracaso” en la inserción laboral de los jóvenes, el relato más repetido señala a la demografía y el aumento de población jubilada fruto del retiro del baby boom. Miret reconoce el reto de estas jubilaciones para la Seguridad Social, ya que son “tremendamente más numerosas que las anteriores”, pero apunta que ya se están tomando medidas desde hace años (hace poco la última reforma de pensiones) y destaca que se trata de un problema acotado en el tiempo, dado que después llegan otras menos numerosas. 

Sin embargo, el discurso demográfico presenta la insostenibilidad de las pensiones públicas como inevitable. “Y en realidad se pueden hacer muchas cosas, más de las que se están haciendo, focalizadas sobre todo en el mercado de trabajo y en los más jóvenes”, considera Miret. 

¿Quiénes difunden estos mensajes y con qué intereses? “El invierno demográfico ha sido una metáfora apoyada por los bancos para promocionar los planes de pensiones privados”, destaca Andreu Domingo. Pau Miret también señala a “la derecha y sectores financieros bancarios”, que utilizan el envejecimiento como “excusa” para privatizar el sistema o como “chivo expiatorio” de un sistema en supuesto declive.

“Quieren una fuerza de marketing, especialmente los banqueros, para que se imponga un sistema privado de pensiones o un sistema mixto, con un fuerte componente del sector privado. Para eso necesitan este discurso. Pero el discurso de que el sistema público está a punto de destruirse se mantiene desde hace 20 años. Se supone que está a punto de colapsar casi desde sus inicios, pero no ha sido así, por lo que no ha sido comprado por la opinión pública y por eso los sistemas privados de pensiones están bastante en crisis”, añade Miret. 

Andreu Domingo señala otra serie de políticas supuestamente demográficas lanzadas en los últimos años por la derecha en algunos de sus territorios, como el PP de Núñez Feijóo en Galicia o de Ayuso en Madrid, así como en Castilla y León, donde el gobierno de los ‘populares’ con Vox se reivindican como “una región maternal”. 

“La pregunta es: ¿qué éxito tienen estas políticas? ¿Hacen subir la natalidad? No, lo que sirven es para subvencionar fundaciones y grupos afines a su sustrato ideológico en plan provida, la Fundación Renacimiento Demográfico, Hazteoír, etc. El gran engaño es que su objetivo no son las políticas demográficas, sino que son políticas ideológicas, que buscan pues fomentar unos ciertos valores y dar dinero a los amiguitos, entre otras cosas”, valora Domingo. 

Especializado en migraciones, el subdirector del CED también señala al racismo y la ideología detrás de ciertos discursos migratorios, que justifican ciertas llegadas para pagar las pensiones o ampliar el número de trabajadores en el futuro. “Es otra gran mentira de la extrema derecha, cuando dicen que están contra la inmigración. No lo están, sino que están a favor de la selección étnica de los migrantes”.  

“Igual que son misóginos, la forma de jerarquizar la relación entre hombres y mujeres y de establecer su dominación por parte de los hombres, con el racismo pasa exactamente lo mismo. Es decir, jerarquizan las relaciones entre diferentes colectivos que son apreciados por unas características fenotípicas, culturales, etc.”, explica el investigador.

En España estos discursos “salvan” a los europeos y las personas procedentes de América Latina, en detrimento de los africanos y “los musulmanes”. “Aunque luego en la realidad la población latinoamericana se ve también jerarquizada: no es lo mismo un inmigrante blanco argentino que un migrante boliviano o un migrante dominicano de color”, advierte Andreu Domingo.