Endesa da por hecho que el impuesto extraordinario a las energéticas no se va a mantener más allá de 2024, pese a que PSOE y Sumar han pactado en su acuerdo de gobierno mantener estos tributos sobre energéticas y bancos con la promesa de "readaptarlos y mantenerlos una vez que expire su periodo de aplicación actual".
El nuevo plan estratégico que Endesa ha presentado este jueves señala que "el impuesto extraordinario del 1,2% no se espera más allá de 2024". "Hemos considerado solo el año 2023 y 2024", ha explicado a los analistas el consejero delegado de Endesa, José Bogas.
"¿Por qué no lo hemos considerado en el futuro?", se ha preguntado. Porque "está absolutamente claro que si queremos invertir la enorme cantidad de dinero que se necesita" para la transición verde, y "creedme que estamos alienados con la política energética del gobierno, necesitamos cash. Y en nuestra opinión no tiene sentido pagar esto".
Endesa es una de las compañías que ha recurrido ese gravamen de un 1,2% sobre las ventas de las energéticas. En su caso ha tenido un impacto negativo de 208 millones de euros en sus cuentas de este año.
La compañía ha anunciado este jueves una actualización de su política de dividendos para el periodo 2024-2026, en la puesta al día de su plan estratégico, tras el reciente laudo que ha obligado a la compañía a pagar unos 530 millones de euros a QatarEnergy, compañía estatal de Qatar, por el precio del gas.
La compañía mantiene el compromiso de abonar a sus accionistas un pay out (porcentaje del beneficio que se destina a dividendos) del 70% en el trienio, con un mínimo de 1 euro por acción, con la previsión de poder alcanzar los 1,5 euros en 2026. La filial de la italiana Enel mantiene sus inversiones para los próximos tres años en casi 9.000 millones.
Los 8.900 millones de inversión se distribuyen en 2.800 millones brutos para redes de distribución, 200 millones más que en el plan anterior "pendientes de una mayor visibilidad sobre la revisión regulatoria"; el grueso, 4.300 millones, serán para renovables, misma cifra que en el plan precedente, aunque la compañía se va a abrir a alianzas con otros socios, como empieza a ser tendencia en el sector.
También se reservan 900 millones para el área de clientes para alcanzar los 7,5 millones en el mercado libre en la Península Ibérica al final del trienio.
El hidrógeno se ha quedado fuera del plan de inversión porque esta tecnología, según la eléctrica, "jugará algún papel en la industria pesada y también quizás en el transporte" pero "no tiene la madurez necesaria", ha explicado Bogas a los analistas. La compañía advierte de que el entorno de inflación y altos tipos de interés pueden provocar un "retraso" en el proceso de electrificación.
El dividendo de Endesa es clave para financiar la abultada deuda de Enel, que hasta septiembre se situaba en 63.312 millones, un 5,4% más que a cierre de 2022.
La nueva política de dividendos se ha anunciado tras el laudo desfavorable de la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional (ICC). La energética, según comunicó el lunes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), deberá abonar unos 570 millones de dólares (unos 530 millones de euros) a QatarEnergy por la revisión del precio de un contrato de aprovisionamiento a largo plazo de gas natural licuado (GNL).
La eléctrica contiene así su política de dividendos con respecto a su anterior plan. Mantiene el euro por acción para este 2023, con un pago ya a cuenta de 0,50 euros aprobado a pagar en enero, mientras que para 2024, cuando preveía 1,2 euros, garantiza ese suelo de 1 euro, aunque aspira a alcanzar los 1,1 euros, y en 2026 confía en alcanzar los 1,5 euros por título.
Este jueves, pasadas las 11 de la mañana, los títulos de la eléctrica lideraban las caídas en el Ibex, con un retroceso del 2,7%.
El grupo destacó que el objetivo de retribuir a sus accionistas con 1,5 euros brutos en 2026 supondría una rentabilidad por dividendo del 8%.
Para ello, Endesa se fija como objetivos para 2026 alcanzar un beneficio bruto (Ebitda) de entre 5.600 y 5.900 millones de euros, un beneficio ordinario neto de 2.200-2.300 millones, y una deuda financiera neta de 8.000-9.000 millones.