El euríbor deja ver algo a de luz al final del túnel a los hipotecados. En noviembre, la referencia a 12 meses bajó al 4,022% en promedio, después de que el Banco Central Europeo (BCE) decidiera parar las subidas de los tipos de interés oficiales en su última reunión, al final de octubre, en el 4,5%, ante el riesgo de provocar una recesión económica en su lucha contra la inflación.
El mes pasado, el índice de las hipotecas subió al 4,165% de media.
En sus últimas previsiones económicas sobre España, la OCDE destacó lo ya sabido: "Los hogares están muy expuestos al aumento de los tipos de interés, ya que el 70% de las hipotecas variables". Es decir, el 70% se actualizan cada año (o cada 6 meses) según el euríbor más un diferencial.
Por ejemplo, la cuotas de una hipoteca media, de 150.000 euros a 25 años y con un interés de euríbor más un 1%, pasará de unos 777 euros a unos 879 euros (unos 1.223 euros más al año), en el supuesto de que se revisara anualmente. Y hay que tener en cuenta que se trataría del segundo encarecimiento, ya que 2022 se hubiera actualizado según un euríbor del 2.828%, desde el -0,487% de noviembre, cerca de su mínimo histórico.
“Las cuotas de las hipotecas variables revisadas en las próximas semanas todavía se encarecerán, aunque es probable que sí se abaraten las de los préstamos que se actualicen el año que viene”, apunta Miquel Riera, especialista del mercado hipotecario del comparador HelpMyCash.com.
"Hace unos meses era casi imposible pensar que el euríbor podría terminar el año por debajo del 4%. Es más, todas las predicciones apuntaban a que llegaría al 4,5% en diciembre de 2023. Pero, con el cambio de tendencia que hemos vivido este mes, es poco probable, pero ya hay una pequeña posibilidad de que el euríbor termine el año en un 3% alto, cerca del 4%, pero por debajo”, señala Simone Colombelli, director de hipotecas de otro comparador, iAhorro.
Tras la rápida subida del euríbor desde 2022, el Banco de España todavía advierte que “la transmisión de la política monetaria a los costes financieros de los hogares es todavía incompleta”. Es decir, el coste medio de las hipotecas (actualmente supera ligeramente el 3,5%) en nuestro país seguirá elevándose en los próximos meses, según se vayan actualizando las hipotecas y firmando nuevas en diciembre, y durante el próximo año, “dado que cerca del 70% del volumen de las hipotecas vivas es a tipo variable”, incide el Banco de España.
“Se estima que algo menos de un tercio de las hipotecas a tipo variable tendrán una revisión de un 1 punto porcentual o más en su tipo de interés entre junio de 2023 y junio de 2024”, calcula la institución monetaria.
“Adicionalmente, el porcentaje de hogares con deuda con una carga financiera neta elevada se vería presionado al alza en 4,2 puntos porcentuales, hasta el 14,6%”, avisa el propio Banco de España. Esto significa que alrededor de 750.000 familias, de los 5 millones de hipotecas en total sobre viviendas habituales (según cifras de la Asociación Hipotecaria Española), están asfixiadas. Es decir, dedican más de un 30% de sus ingresos mensuales a la cuota del préstamo. Este es el límite teórico sobre el que se considera “una carga financiera neta elevada”.
Otro datos apuntan en el mismo sentido. Según la misma institución monetaria, el esfuerzo medio de los españoles para pagar sus hipotecas roza el 40% (el 38,9%), lejos del 30% que suponía en 2020, en plena pandemia. Ese 40% es un dato que no se atisbaba desde 2011, en el pinchazo de la burbuja.
El pico se alcanzó antes, en pleno boom del ladrillo y de concesión de hipotecas, cuando la banca abrió la mano a la hora de dar préstamos ligados al ladrillo. Entonces, a mediados de 2008, el esfuerzo medio de los hogares para pagar las hipotecas rozó el 53% de los ingresos que entraban mes a mes. En ese momento, el valor medio hipotecado -lo que se pedía prestado a la banca- era de casi 150.000 euros y, actualmente, roza los 140.000 euros, según las cifras que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE).
"El nuevo escenario de tipos de interés que emergió a inicios de 2022 añade un mayor potencial de tensión a la vulnerabilidad de los hogares más endeudados, que se concentran, en los de menor renta y más jóvenes", lamenta el equipo de economistas de AFI, en un informe reciente.
"Reiteramos el mensaje de que asistimos a una situación insólita por la rapidez con la que las hipotecas se han tensionado en nuestro país. Instamos a las entidades a estudiar cada circunstancia, favoreciendo la aplicación de medidas de alivio, si se da el caso, para garantizar que los hipotecados pueden terminar de capear esta situación, hasta que el euríbor de un respiro y se estabilice en la curva deseable del 2% al 3%", señalan, por su parte, desde Asufin.
Para atajar la asfixia que supone esta subida de las hipotecas para las familias, el Gobierno firmó un Código de Buenas Prácticas con los bancos, voluntario, de cara a 2023. Este código recomendaba acordar entre banco y cliente la gratuidad de la conversión de préstamos variables a fijos y la ampliación de los plazos con congelación de cuotas. Entre estas medidas, también se incluían algunas especiales, de congelación o rebajas, para los hogares más vulnerables, con ingresos bajos. Aunque siempre apelando a la voluntariedad de las entidades financieras.