Los hogares españoles llevan más de año y medio temiendo la actualización de sus hipotecas. Los datos del Banco Central Europeo (BCE) constatan que, en efecto, han sido los más damnificados de entre las grandes economías del euro en cuanto al encarecimiento de sus préstamos. Desde que comenzó a subir el euríbor, las familias en España han visto cómo se ha triplicado su precio, mientras que en Francia, Italia o Alemania el incremento ha sido mucho más moderado.
El BCE publica mensualmente los datos de cuáles son los tipos de interés medios bancarios que se pagan en préstamos, cualquiera que sea el tipo.
La diferencia para un hogar situado en otros países es sensible. En Alemania, Países Bajos o Francia, el incremento ha sido de menos de 0,2 puntos. En Italia, el encarecimiento ha sido de un punto menos que en España. Y en la media de la zona euro, el incremento en ese mismo periodo es una tercera parte del experimentado por los hogares españoles. No solo el aumento del coste ha sido mayor en España que en el resto, también el tipo medio. Frente al 3,5% español, se encuentra el 1,63% francés, el 1,8% alemán o el 2,3% de la media de la zona euro.
La razón principal para esta gran brecha, especialmente en el caso de la comparación con Francia o Alemania, se encuentra en el gran peso de las hipotecas variables en la deuda de los hogares. Mientras que en estos países del centro de Europa son minoritarias, en España han sido la norma durante muchos años. Cuando los tipos fueron bajos se beneficiaron, pero ahora que han aumentado han sido uno de los países más expuestos.
Se estima que unas tres cuartas partes de la deuda que tienen los hogares españoles por sus viviendas se encuentra vinculada a tipos variables, fundamentalmente el euríbor. Por ello, únicamente en las repúblicas bálticas, Portugal o Grecia se han registrado encarecimientos en las hipotecas más rápidos que en España.
Justo estas semanas se cumple un año del acuerdo que sellaron el Gobierno y el sector bancario para crear un esquema de protección para hipotecados vulnerables. Fue el código de buenas prácticas que echó a andar el pasado 1 de enero y que creaba una serie de medidas para los hogares con rentas interiores a los 30.000 euros, así como otras ayudas para el resto de hipotecados.
Sin embargo, aunque no se han divulgado muchos datos sobre su uso, en el sector se reconoce que han sido métodos poco utilizados. Según el Banco de España, hasta el verano, únicamente se habían recibido 42.000 solicitudes, de las que muy pocas habían sido aprobadas por las entidades. Por ejemplo, una de las principales medidas que afectaban a todos los hipotecados, era facilitar el cambio de tipo variable a tipo fijo. Esta medida, pese a que se ha utilizado más que nunca, apenas ha cubierto a un 1% de los hogares hipotecados.
En este contexto, PSOE y Sumar pactaron en su acuerdo de Gobierno ampliar el código de buenas prácticas para elevar el límite de renta por hogar hasta los 38.000 euros, con el fin de aumentar el número de familias que se pueden acoger. Esta decisión fue recibida con escepticismo por parte del Banco de España. "No vemos necesidad en este momento de hacer una modificación del Código de Buenas Prácticas, lo cual no quiere decir que no hagamos un seguimiento de la evolución de las familias y del sector bancario", aseguró Pablo Hernández de Cos, gobernador del supervisor.
El hecho de que la morosidad no haya crecido pese a la subida de tipos de interés, también ha animado al sector a reducir la gravedad que aprecian sobre la situación de los hipotecados. Sin embargo, el esfuerzo de los hogares para pagar la hipoteca se ha situado en máximos desde 2008. A ello se suma que la situación no ha terminado, ya que todavía hay hipotecas con actualizaciones de precio pendientes y el propio Banco de España reconoce que hasta junio del año que viene todavía hay miles de hogares que se pueden ver afectados.
La situación en cuanto a las nuevas hipotecas es algo distinta. También se encarecen mucho desde enero de 2022. Sin embargo, en este caso sale mejor parada en relación con el resto de Europa. En estos 21 meses que cubre el periodo entre el inicio de la subida del euríbor y el cierre de septiembre, las nuevas hipotecas se han encarecido 2,5 puntos. Es menos de lo que lo hace la media de la zona euro (2,6), Alemania (2,8) o Italia (2,9). Sin embargo, ha sido un encarecimiento mayor del caso francés (2,2). Malta y Francia tienen a día de hoy las hipotecas más baratas.
El hecho de que se hayan encarecido menos en España las nuevas hipotecas no ha impedido que el sector bancario sufra en lo que va de año un gran enfriamiento del mercado hipotecario. Esta semana se han conocido los datos del Instituto Nacional de Estadística hasta el cierre de octubre. En los 10 primeros meses de este año, se acumula una caída del 29% en la concesión de estos préstamos. Caen tanto en número de préstamos como en el importe total concedido para la compra de vivienda.
Este frenazo en la concesión de préstamos no preocupa al sector. La banca está terminando un año histórico en cuanto a beneficios y, precisamente, el encarecimiento de sus hipotecas es un factor fundamental. De hecho, los bancos no consideran que los tipos estén subiendo sino que se están "normalizando" tras años en una situación cercana o por debajo de cero. Las entidades españolas han ganado hasta septiembre más de 19.000 millones, cerca ya de superar todo el beneficio del pasado año.
El encarecimiento de las hipotecas y del resto de créditos, al tiempo que no paga por los depósitos de los clientes de manera relevante, ha hecho que sus márgenes se hayan disparado. Incluso perdiendo crédito gestionado. Los grandes bancos españoles vieron, gracias a ello, cómo su beneficio en España se está disparando entre un 50% y un 60% respecto al año pasado. Y eso, sin que todavía se hayan actualizado todas las hipotecas al total de la subida de los tipos de interés.
Este mes de noviembre el euríbor ha dado un respiro a los hipotecados. Ha cerrado en el 4,022%. Un mes antes, el índice sobre el que se actualizan la mayor parte de las hipotecas se cerró en el 4,165%. Pese al freno, que coincide con la pausa en las subidas de los tipos oficiales por parte del BCE, el tipo de referencia sigue en niveles que no se veían desde hace 15 años, en 2008.