Dos gigantes del comercio online de origen chino están cambiando la estrategia de las multinacionales del gran consumo y aprovechando la pérdida de poder adquisitivo que ha conllevado la inflación. Shein y Temu tienen focos de negocio diferentes, la primera se centra más en ropa y complementos y la segunda en artículos de decoración o de cocina, pero su eje de negocio es similar, precios ultrabajos difíciles de conseguir en cadenas y tiendas tradicionales. Es algo similar a lo que ocurre con los comercios físicos, donde están creciendo establecimientos low cost como Tedi, PrimaPrix o Pepco, que aprovechan la necesidad de encontrar productos baratos.
Un cambio de modelo que acaba de obligar a Amazon a virar de rumbo en su estrategia en textil, precisamente, para mejorar su competitividad respecto a sus rivales asiáticos. El gigante del comercio electrónico ha bajado las tarifas que exige a las marcas textiles que venden en su plataforma a precios inferiores a 20 dólares, según recogía la agencia Bloomberg. Si antes las comisiones que pedía Amazon eran del 17%, ahora esa cifra se reduce a entre el 5% y el 10%.
No es una medida que carezca de calado. En Estados Unidos, las ventas de estas multinacionales chinas se han disparado a las puertas de la campaña navideña. Sobre todo, las de Temu. En España, donde Shein también ha abierto tiendas temporales, hay análisis que apuntan que su ticket de compra medio supera los 50 euros, según un estudio realizado por la plataforma Fintonic.
El último Black Friday, que suele marcar la tendencia en mercados anglosajones sobre cómo van a ir las ventas en la campaña navideña, no ha sido especialmente bueno, ni en Estados Unidos ni en Reino Unido. Pero no fue igual para todo el mundo.
Temu disparó sus transacciones en Estados Unidos durante el mes de noviembre en casi un 30% respecto a octubre, según las estadísticas que publica Bloomberg Second Measure. La aplicación de Temu solo lleva un año activa en ese país, pero en operaciones ya triplicaría los números alcanzados por Shein y le duplicaría en clientes activos, según ese análisis.
Este tirón internacional -aunque no hay datos por países- estaría detrás de los últimos resultados económicos publicados por la matriz de Temu, PDD Holding, que no desvela cifras concretas sobre su app de artículos low cost, pero sí del conjunto de la multinacional.
Esta compañía, que en China opera como Pinduoduo, ha publicado sus cifras financieras hasta septiembre. En ese último trimestre, aseguró que sus ingresos se habían disparado más de un 90%, hasta alcanzar los 68.800 millones de yuanes, cerca de 8.800 millones de euros al cambio actual. "A lo largo del tercer trimestre, la vitalidad del consumo siguió mejorando. Seguimos proporcionando a los consumidores más ahorros y un mejor servicio aumentando nuestras inversiones", aseguraba en su presentación de resultados uno de los consejeros delegados de PDD Holding, Jiazhen Zhao.
"Aunque nuestro negocio fuera de China aún se encuentra en una etapa inicial, ha logrado avances significativos desde su lanzamiento hace un año", dijo el también consejero delegado, Chen Lei, en la conferencia con analistas que siguen la empresa. "Si bien hemos ampliado nuestro alcance, el negocio aún se encuentra en su etapa inicial y enfrentaremos incertidumbres", apuntó sin dar más detalles.
La matriz de Temu ya cotiza y su valor en el parqué alcanza los 185.000 millones de dólares. Ahora, quien explora esa vía es Shein, como mecanismo para generar ingresos con los que seguir creciendo. La compañía estaría analizando su salto al mercado en los próximos meses y estaría valorada en cerca de 84.000 millones de euros, según la información publicada por la agencia Reuters.
Como comparación, de llegar a esa cifra valdría el triple que el grupo textil sueco H&M, estaría por encima de Fast Retailing -la dueña de Uniqlo- que se queda en los 70.000 millones de euros; pero quedaría lejos de Inditex, que roza los 117.000 millones de euros.
Más allá de esa opción de explorar la opción de ser una empresa cotizada, la estrategia de Shein y de Temu, de ofrecer productos de gran consumo a precios mucho más bajos que sus competidores, no está precisamente exenta de polémicas.
Entre ellas, la acusación de usar la inteligencia artificial para copiar modelos ideados por diseñadores y venderlos más baratos. H&M también la ha señalado por saltarse la propiedad intelectual y plagiar sus prendas. Y se suman las críticas por un modelo de producción acelerado, capaz de poner a la venta en su plataforma, cada día, entre 700 y 1.000 nuevas referencias.
Las dudas sobre su sistema y estrategia ya han dado el salto al terreno político. Esta semana, el congresista republicano Blaine Luetkemeyer ha instado al supervisor de la bolsa estadounidense, la Securities and Exchange Commission (SEC en sus siglas en inglés) a que frene cualquier intento de Shein de saltar al parqué en ese país. “Acceder a los mercados y al capital de Estados Unidos es un privilegio y confiamos en la SEC para erradicar a las empresas que no lo merecen”, aseguró en una entrevista con la cadena CNBC, y reclamó "garantizar que el capital estadounidense no financie crímenes contra la humanidad”.
En el foco están las dudas sobre el modelo de producción, sobre si ha empleado a trabajadores de la minoría uigur sin respetar los derechos laborales. Una acusación que Shein ha negado.
También está en el foco el propio modelo de exportación y de comercialización, tanto de Shein como de Temu. Según un análisis de la Cámara de Representantes estadounidense, estas empresas logran operar sin tener grandes centros de distribución y de logística, con envíos constantes desde China. El motivo, que así se libran de cumplir una ley arancelaria, que data de los años 30 del siglo pasado, que les exime de pagar aranceles si los envíos no superan los 800 euros. "Temu y Shein están construyendo imperios alrededor de un vacío legal", criticó el congresista republicano por Wisconsin, Mike Gallagher. "Están eludiendo impuestos", aseguró.