El consumo de bebidas de alta graduación alcohólica se va a resentir este año. Los fabricantes de espirituosos prevén que las ventas, en volumen, se recorten en el conjunto de 2023 alrededor de un 3%, según ha explicado este miércoles Bosco Torremocha, director de Espirituosos España, en un encuentro con medios de comunicación. Una cifra que no es definitiva porque mide la evolución hasta octubre y dependerá de cómo evolucione, sobre todo, la campaña navideña.
Detrás de ese recorte está, principalmente, el paso atrás que ha dado la ginebra y el frenazo del gin-tonic, que lleva años protagonizando una parte sustancial de las ventas del sector.
La ginebra "empieza a dar señales de agotamiento", ha apuntado Torremocha que, sin embargo, no ha indicado porcentajes exactos de caída, a la espera de ver la evolución al cierre del año, en el que el consumo está volviendo a niveles prepandemia. Sin embargo, el pasado verano fue "muy malo" en un escenario donde la "inflación está sentando mal al sector".
Los motivos de por qué la ginebra "sufre" estarían ligados al recorte en la capacidad de gasto de los consumidores por la inflación. "La ginebra es una de las categorías donde ha habido una premiumización", ha indicado el responsable de la asociación de fabricantes que, también, ha reconocido que las causas detrás del auge de los gin-tonics aún hoy son una incógnita. "Llevamos años diciendo que el gin-tonic se va a acabar".
En cuanto a los ingresos de los fabricantes de bebidas espirituosas, la previsión es cerrar el año con un leve repunte en el entorno del 1%, según indica la evolución hasta octubre. La cifra final dependerá del tirón navideño y de las exportaciones, que concentran el 45% de las ventas del sector y donde los márgenes "son mayores", ha indicado Torremocha.
Y en cuanto a la subida de precios, esta ha rondado el 7%, en base a los últimos datos de IPC.
Si la ginebra cae, otras bebidas suben. Ahí están segmentos como el tequila, la coctelería y los licores, lo que según Torremocha está ligado al auge del "tardeo".
De cara a 2024, los fabricantes apuntan que le han pedido "al Gobierno, a distintos miembros, que necesitamos estabilidad y apoyo a los sectores que crean riqueza y empleo" y que si "se mantiene la evolución de los costes y las políticas del Banco Central Europeo empiezan a ralentizarse como pedimos desde el sector", el sector volvería a la senda de crecimiento.
Lo que no prevén es una subida de impuestos. "No la esperamos ha reconocido", en parte porque el Gobierno quiere mantener "el escudo social" y no golpear el poder adquisitivo.