Un grupo ecologista ha presentado una demanda contra la principal central térmica de carbón de Polonia, país cuya producción de energía depende en un 80% de este mineral, para exigir a la compañía que la opera que deje de usar ese combustible altamente contaminante para el año 2035.
Ésta es la primera demanda de este tipo que se presenta en Polonia, según explicó hoy la fundación Client Earth, responsable de una iniciativa que busca que la planta de Belchatów "suspenda las actividades que amenazan al medio ambiente" y deje de usar carbón o instale filtros para el gas de carbono para el año 2035.
Belchatów es la mayor central térmica de carbón de Europa y el mayor proveedor de energía de Polonia.
El carbón representa casi el 80% del mix energético polaco, lo que resulta en que 33 de las 50 ciudades más contaminadas de Europa se encuentren en Polonia, según la Organización Mundial de la Salud, y causa 45.000 muertes prematuras al año en un país de algo más de 38 millones de habitantes.
Pese a esta situación y a las exigencias de la Unión Europea para que Polonia supere su dependencia del carbón, el país centroeuropeo defiende su derecho a decidir su propia política energética y a una transición "a su ritmo" hacia fuentes de energía más limpias.
En medio de esta polémica, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, asistió este miércoles a la inauguración de la primera nueva mina de carbón desde 1994, una instalación que se ubica en la cuenca minera de Jastrzebie Zdrój y cuya producción se destinará a la industria metalúrgica.
Esta mina podría no ser la última, ya que desde el propio ministerio de Energía se reconoce que se prepara una norma que permitirá al Gobierno polaco abrir nuevas minas de carbón sin la aprobación de las autoridades locales.
El partido que gobierna Polonia, la fuerza nacionalista Ley y Justicia, ha reiterado en numerosas ocasiones su oposición a la exigencia de la UE de reducir a cero las emisiones de carbono para el año 2050, un objetivo que desde Varsovia consideran "incompatible" con un crecimiento "vigoroso" de su economía, ya que el carbón ofrece energía barata.
Mucho menos ambicioso que los de Bruselas, los planes del Ejecutivo polaco aspiran a reducir "progresivamente" su dependencia del carbón, para que este mineral pase en 2050 a generar sólo el 50% de su energía.