La UE certifica la cesión a la industria automovilística, una de las principales locomotoras de la economía europea, y rebaja la ambición de las nuevas reglas de reducción de emisiones contaminantes. La nueva legislación tenía en pie de guerra a la patronal del automóvil, que ha ejercido una enorme presión sobre los legisladores europeos. El acuerdo que han alcanzado la Eurocámara, el Consejo y la Comisión Europea retrasa la entrada en vigor de las nuevas reglas bajo el denominado Euro 7, que para el caso de los vehículos será como pronto en 2026 y para los camiones hasta 2028.
Los límites de emisión de gases contaminantes serán, además, iguales respecto a la normativa vigente (Euro 6) para los vehículos, según admite el Parlamento Europeo en un comunicado: "Para los coches de pasajeros y furgonetas, los negociadores acordaron mantener las actuales condiciones de emisión y de ensayo que Euro 6". "Para autobuses y camiones, el texto acordado incluye límites más estrictos para las emisiones de escape medidas en laboratorio (por ejemplo, límite de NOx de 200mg/kWh) y en condiciones reales de conducción (límite de NOx de 260 mg/kWh), manteniendo las actuales condiciones de ensayo Euro 6", recoge el texto de la Eurocámara.
La novedad es El gran cambio en la normativa se refiere a la inclusión de límites de partículas desprendidas por frenos y neumáticos. Los coches y furgonetas podrán liberar solo 3 mg/km para vehículos eléctricos puros; 7 mg/km para la mayoría de los vehículos con motor de combustión interna, híbridos eléctricos y de pila de combustible y 11 mg/km para furgonetas con motor de combustión.
"Con Euro 7 pretendemos reducir las emisiones de los vehículos de carretera, no solo de los tubos de escape, sino también de los frenos y neumáticos. Al mismo tiempo pretendemos ayudar a la industria a dar el gran salto a los vehículos cero-emisiones en 2035", señala en el comunicado del Consejo el ministro de Industria, Jordi Hereu.
Tanto los 27 como la Eurocámara en sus correspondientes posiciones habían rebajado la ambición inicial de la Comisión Europea en medio de una enorme presión de la industria. Esa rebaja puede causar daños sanitarios y medioambientales estimados en 100.000 millones de euros hasta 2050 debido al exceso de contaminación de los motores de combustión interna (ICE), según un análisis publicado por elDiario.es en una investigación junto a medios como The Guardian o Libération.
Los gobiernos de la UE justificaron su decisión en la necesidad de ayudar a la industria automovilística en un momento en el que tiene sus esfuerzos centrados en el desarrollo del vehículo eléctrico ante la prohibición de vender coches de gasolina y diésel a partir de 2035, que era, además, una de las principales exigencias de la industria.
"Con este acuerdo hemos logrado un equilibrio entre los objetivos medioambientales y los intereses vitales de los fabricantes. El objetivo de las negociaciones era garantizar la asequibilidad de los nuevos coches más pequeños con motor de combustión interna para los clientes domésticos y, al mismo tiempo, permitir a la industria automovilística prepararse para la esperada transformación general del sector. La Unión Europea también se ocupará ahora de las emisiones de los frenos y los neumáticos y garantizará una mayor durabilidad de las baterías", señala en un comunicado el ponente de la Eurocámara Alexandr Vondra (de ECR, el grupo en el que está Vox). Las fuerzas progresistas votaron en contra de la posición de la Eurocámara bajo la premisa de que suponían un "reciclaje" respecto a las vigentes y la advertencia de los socialdemócratas de que la cesión a la industria iría en contra de los propietarios de vehículos antiguos.
El acuerdo alcanzado este lunes tendrá ahora que ser ratificado por el Consejo de la UE, donde están representados los gobiernos de los 27, y por el Parlamento Europeo, que sacó adelante su posición (muy próxima a la acordada) con el voto del PP, los liberales (Renew) y la extrema derecha.