Un hijo de padre español huido de la extinta República Democrática de Alemania (RDA) se ha hecho con una de las posiciones más influyentes para pensar el futuro económico del país del canciller Olaf Scholz. Se llama Rafael Laguna de la Vera. Nació en 1964, en la ciudad de Leipzig. Allí ha fundado una de las organizaciones en las que a buen seguro muchos pueden apostar para ver cómo afronta Alemania los convulsos tiempos que desafían a la gran economía de Europa. Esa organización es la Agencia Federal para la Innovación Disruptiva (SPRIND).
“Las disrupciones en la innovación son innovaciones que cambian permanentemente nuestras vidas” y “pueden crear un mercado completamente nuevo, cambiar un mercado existente de forma tan fundamental que se cree un ecosistema completamente nuevo o que resuelva un problema tecnológico, social o ecológico”, explican en esa organización alemana fundada por Laguna de la Vera.
La forma jurídica de SPRIND es de “sociedad limitada”, pertenece al Estado y cuenta con el apoyo del Ministerio de Economía y el Ministerio para la Educación y la Investigación. SPRIND lleva tres años operativa. En el primer año apoyaron iniciativas por valor de 40 millones de euros, en el segundo, de 80 millones de euros y, en 2023, de 170 millones de euros. La previsión de Laguna de la Vera es que, para 2024, se llegue a apoyar iniciativas por valor de 250 millones de euros.
“SPRIND estará dotado con hasta mil millones de euros en los próximos 10 años”, según las cuentas de esta agencia federal.
En 2019 se vio como algo necesario en Alemania que hubiera personas dedicadas a pensar, estudiar y promover los impactos que están teniendo o pueden tener las tecnologías que van a dar un vuelco a las industrias. Algo así resulta crucial en un país de tradición industrial como Alemania. El sector industrial germano representa entre el 26% y el 30% del PIB teutón, según estimaciones recogidas por el portal de estadística Statista.
Por su parte, Laguna de la Vera tiene una vida marcada por la actividad empresarial. Ha pasado treinta años dedicado a ser empresario e inversor del sector tecnológico. Su primera empresa la fundó mientras estaba en el instituto. Al frente de SPRIND se dedica a analizar y evaluar proyectos en los que se reconozca un potencial para crear tecnologías que supongan “saltos cualitativos”.
Desde esa posición en SPRIND, Laguna de la Vera publicaba en una de las últimas ediciones de este año de la revista Focus un “Manifiesto para Alemania”. Ese texto está firmado también por Cyriac Roeding, empresario afincado en Silicon Valley, la cuna de las empresas tecnológicas estadounidenses, y cofundador de una empresa de biotecnología. En dicho manifiesto se presentan ocho puntos para convertir a Alemania en uno de los tres referentes en el panorama global de la innovación.
Entre ellos figuran “masivas inversiones” en áreas como la inteligencia artificial, las biotecnologías, la fusión nuclear, la computación cuántica, la robótica, la tecnología espacial o la tecnología en el ámbito de la salud.
También giran esos ocho puntos entorno a la idea de mantener y atraer el talento alemán que actualmente presta su ingenio para otras empresas de sectores de futuro. El manifiesto también habla de la adaptación y mejora del sistema educativo, la digitalización, el apoyo del Estado a la Investigación y el Desarrollo así como la creación de un “Fondo Soberano Alemán”.
A través de dicho fondo, por ejemplo se podría apoyar empresas de crecimiento rápido con inversiones. Paralelamente, el fondo invertiría sólo en los diez primeros capitales riesgo que mejor rindan en el mundo. “Empezaría con un volumen de 50.000 millones de euros, y en varios años crecería hasta los 500.000 millones con una estrategia de financiación según los modelos de SPRIND”, escriben Laguna de la Vera y Roeding.
“El objetivo es convertir Alemania en una nación conocida por sus avances pioneros y sus empresas innovadoras, en un país que invierte en un futuro brillante y no se limita a reaccionar ante el presente”, se lee en el texto publicado en Focus.
Entrevistado por ElDiario.es, Laguna de la Vera ironiza sobre Alemania y su reputación industrial. “En Alemania vivimos del pasado. La era de los grandes inventores está a finales del siglo XIX. Entonces logramos tener invenciones y logramos llevarlas a la industria. Tras la Segunda Guerra Mundial, nos hemos aprovechado en Alemania de la capacidad de reconstruir esa industria y mejorarla, pero la base eran los inventos de la era de las invenciones que comenzó en 1871”, dice, aludiendo a las industrias germanas del automóvil, la farmacéutica y la química.
“Siempre es bueno mantener una industria y mejorarla. Pero todo lo que se ha hecho industrialmente nuevo en los últimos 80 años, no se ha hecho en Alemania”, abunda este empresario al frente de SPRIND. Él quisiera que su manifiesto inspirara los esfuerzos de administraciones y empresas para devolver a Alemania – y Europa – al primer plano de la innovaciones industriales.
“Ahora mismo, por ejemplo, todo el mundo habla de la inteligencia artificial. Sus orígenes están en los años 90, gracias en parte al trabajo de gente como Jürgen Schidhuber, de la Universidad Técnica de Múnich, pero OpenAI surgió en California”, recuerda Laguna de la Vera, mencionando a la empresa estadounidense que está detrás del modelo de inteligencia artificial ChatGPT.
“Las empresas más valiosas del mundo, como Apple, Microsoft, Facebook, Google y demás, están todas en Estados Unidos, y sus rivales están en China. Es cierto que las empresas chinas se han podido levantar gracias al proteccionismo chino. Pero, en cualquier caso, los rivales de las firmas estadounidenses no son alemanas”, señala Laguna de la Vera.
“Ahora mismo estamos en una tormenta perfecta, porque Alemania pudo mantenerse donde está gracias a los precios de la energía barata. Pero ahora la energía es más cara, y cuando pasa eso las industrias que utilizan mucha energía tienden a marcharse. Tenemos que volver a conseguir energía barata, y no somos lo suficientemente rápidos en sustituir el gas ruso”, expone Laguna de la Vera, sin olvidarse de cómo afecta el 'invierno demográfico a Alemania, circunstancia que causa la falta de mano de obra cualificada, y unas inversiones infraestructuras que han sido dejadas de lado durante años.
Pese a estas observaciones, este hombre de mirada viva no suena pesimista. Ve a Alemania con una base industrial y un Mittelstand de grandes potenciales. Con ese término alemán se conocen en Alemania a las casi un millón de pequeñas y medianas empresas germanas que son el corazón que mantiene activa a la mayor economía de Europa y la cuarta a nivel mundial.
“Alemania sigue teniendo una buena base industrial, con abundantes empresas y también con compañías como Bosch y otras que piensan muy a largo plazo. Y esto es algo que no tienen muchos países, algo que han perdido algunas naciones, como Reino Unido, o incluso Estados Unidos, donde el sector industrial ahora mismo está subvencionado”, comenta Laguna de la Vera.
Con el manifiesto publicado en Focus, Laguna de la Vera quisiera ver “despertar el genio” alemán de otras épocas. Aunque ahora el país sufra la recesión y un contexto económico adverso, el responsable de Agencia Federal para la Innovación Disruptiva es optimista. En su vida ha visto éxitos que parecían muy complicados.
Por ejemplo, la historia de su padre: un madrileño de familia pobre que en los años cincuenta, después de conocer a una joven alemana – madre de Laguna de la Vera –, viajó por amor hasta Hamburgo para casarse y hacer una familia en suelo de la RDA en los años sesenta, antes de emigrar a la Alemania Occidental una década después.
Francisco Laguna, que no hablaba alemán, acabó siendo traductor “alemán-español” en tiempos de la RDA, aprovechando las buenas relaciones que la extinta Alemania comunista mantuvo con la Cuba de Fidel Castro. Después, en la Alemania Occidental, vendió antigüedades y fundó la primera empresa de patinetas de Alemania, en 1976. “Este hombre tenía un espíritu emprendedor. Por eso yo soy quien soy”, concluye Laguna de la Vera.