Los empresarios rechazan el aumento del salario mínimo del 4% propuesto por el Gobierno, hasta los 1.123 euros al mes, y se desmarca del acuerdo tripartito, ha confirmado esta mañana Lorenzo Amor, presidente de ATA, organización de autónomos dentro de la CEOE. Al descolgarse la patronal del pacto, deja la negociación en manos del Gobierno y los sindicatos, que ya han advertido de que exigirán un alza mayor, de "al menos el 5%", ha insistido este miércoles Unai Sordo, líder de CCOO.
La negativa de la patronal no ha requerido de una consulta interna, indican fuentes patronales, dado que se incumplían las dos reclamaciones que las organizaciones de la CEOE habían puesto sobre la mesa al Gobierno: sobre todo la primera, trasladar la subida del SMI a los contratos públicos y bonificaciones al sector del campo por el alza del salario mínimo.
Pese a adelantar su negativa, los empresarios acudirán a la reunión de diálogo social convocada por el Ministerio de Trabajo este viernes, "por respeto al diálogo social", según fuentes de la CEOE.
"Nosotros estaremos en la próxima reunión que se convoque, pero la respuesta ya la tienen. Y digo la tienen, porque es que ante estas circunstancias, lo que nosotros no vamos a entrar es en el chantaje. El diálogo social es muchas cosas, pero en el espíritu del diálogo social no tiene cabida ni la amenaza ni el chantaje", ha afirmado Lorenzo Amor en una rueda de prensa.
Amor ha reiterado así el argumento de "chantaje" que criticó ayer el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, después de que Trabajo advirtiera a los empresarios de que, si no entraban a un acuerdo, el Gobierno subiría el SMI más del 4% con los sindicatos.
El 'no' de los empresarios sitúa ahora un nuevo escenario de negociación, solo a dos bandas, entre el Gobierno y los sindicatos mayoritarios. CCOO y UGT llevan días explicando que, aunque prefieren un acuerdo también con los empresarios para dotar de implantación al alza del SMI, sin la CEOE en la negociación la cifra de aumento "ya no puede ser el 4%", sino que pelearán por un aumento superior.
Ese guante fue recogido por el Ministerio de Trabajo antes de la última reunión de diálogo social, este lunes. El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, fue quien advirtió a los empresarios de que no pactar tiene "consecuencias" y, por lo tanto, que el Gobierno iría a un aumento del salario mínimo superior.
Tras la reunión del próximo viernes, en la que se prevé que los empresarios oficialicen su negativa a Trabajo, la tarea del Gobierno se centrará en definir la nueva cifra de aumento del salario mínimo, que ahora está situado en los 1.080 euros brutos al mes en 14 pagas.
El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha reiterado este miércoles que la postura del sindicato será de un incremento de "en torno al 5%". El aumento quedaría por encima de la inflación (3,8% de media en el último año) y el líder sindical ha explicado que la cifra es "coherente" con el compromiso de mantener un SMI del 60% del salario medio, ya que el conjunto de remuneraciones está aumentando alrededor del 5%.
Sordo ha recordado a los empresarios que acordar un aumento superior no es "ningún chantaje", sino la consecuencia esperable de su salida de la mesa de diálogo. "En una negociación si no llegas a un acuerdo, eso tiene que tener un coste. Si no, no hay incentivo para el acuerdo", ha sostenido.
Por su parte, UGT modificó su posición en la última reunión con el Gobierno y apuntó que el aumento debería situarse entre el "5% y el 7%", como han aumentado las pensiones mínimas, no contributivas y el ingreso mínimo vital, indicó Fernando Luján, vicesecretario de Política Sindical de UGT.
No obstante, el líder del sindicato, Pepe Álvarez, se ciñó después en una entrevista esta semana a una subida de al menos el 5%, por lo que es el dígito que parece imponerse más en las demandas sindicales.