El presidente ejecutivo de Grifols, Thomas Glanzmann, ha confirmado este jueves en una conferencia con analistas que la multinacional ha recibido un requerimiento de información de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre sus relaciones con el holding holandés Scranton, señalado por el fondo bajista Gotham en el supuesto maquillaje contable de la farmacéutica.
En una conferencia con analistas de bancos y brókeres, y sin preguntas de la prensa, Glanzmann ha negado categóricamente las acusaciones de ese fondo especulativo, que asegura que Scranton habría permitido a la multinacional catalana reducir artificialmente su deuda de más de 9.500 millones de euros.
Glanzmann ha indicado que recibió la petición de la CNMV el miércoles y ha asegurado que responderán al requerimiento del regulador bursátil “lo antes posible”. Durante la conferencia con analistas, Grifols ha elevado sus pérdidas en Bolsa hasta superar el 5%.
El primer ejecutivo de Grifols ha negado que Scranton, dueña de un 8,4% de la multinacional, sea un “family office de los Grifols”. En este “inversor a largo plazo” participan “22 inversores de los que solo 3 son familia Grifols”, con una participación en ese holding que ha cifrado en el 20%.
El actual reparto accionarial exacto de Scranton se desconoce y Grifols lleva muchos años sin desglosarlo. Sí se sabe que entre sus socios están el presidente de honor de Grifols, Víctor Grifols, consejero hasta hace unos días, su hermano Raimon Grifols y el abogado Tomás Dagá, consejero de la farmacéutica también hasta hace unos días y fundador del bufete Osborne Clark España, íntimamente ligado a la multinacional catalana del plasma y cuyas relaciones con Grifols también cuestiona Gotham.
Como reveló este medio, Hacienda multó a un socio de Scranton y de otra firma que fue creada en Islas Vírgenes por el núcleo duro de Grifols, por ocultar información a la Agencia Tributaria.
Glanzmann ha insistido en que todas las transacciones y operaciones de Grifols con partes vinculadas están recogidas en los informes remitidos al mercado y ha defendido los “altos estándares” de sus prácticas de reporting. Aunque están “orgullosos” de la gobernanza del grupo, ha prometido que seguirán “actualizándola diligentemente” y ha señalado que el próximo 29 de febrero presentarán unos resultados anuales “muy sólidos” y en línea con las previsiones adelantadas hasta ahora.
El director financiero, Alfredo Arroyo, ha dicho que las normas contables internacionales permiten consolidar una compañía si se demuestra poder de decisión en ella, “entendido como derechos de voto reales o potenciales, a través de opciones de compra”, como sería el caso de Haema y BPC, dos empresas adquiridas por Grifols en 2018 y vendidas inmediatamente a Scranton por el mismo precio, en una operación que centra buena parte de las acusaciones de Gotham.
Grifols ha anunciado acciones legales contra este fondo, que poco antes de la conferencia con analistas ha publicado un mensaje en X (antes twitter) en el que se pregunta si “saben los bancos y acreedores de Grifols que tanto Grifols como Scranton consolidan totalmente Haema y BPC Plasma en sus estados financieros”.
Según el director Financiero de Grifols, “esta consolidación ha sido auditada desde 2018 y reportada al regulador español” y tiene el visto bueno de la firma que entonces auditaba al grupo, KPMG.
Arroyo ha recordado que los términos del acuerdo incluían opción de compra de esas dos empresas “irrevocable y exclusiva”, pero no obligatoria. El precio de compra “está muy por debajo del mercado” en la actualidad, ha afirmado. Arroyo ha defendido el “racional de esta transacción” y ha reiterado que el informe de Gotham “contiene afirmaciones erróneas y malintencionadas”.
Grifols no se plantea “actualmente” ejercer la recompra de esas dos empresas, según ha explicado Raimon Grifols, chief corporate officer de Grifols, que ha afirmado que la compañía trabaja para “simplificar” su estructura corporativa. También ha descartado que la actual crisis bursátil y reputacional pueda suponer “problemas” para lograr los permisos necesarios para la venta del 20% de Shanghai Raas al grupo chino Haier por 1.628 millones de euros, anunciada a finales de diciembre.