El gran aumento del salario mínimo interprofesional de los últimos años, de casi el 50% desde 2018, ha permitido subir el sueldo a muchas personas. El Gobierno calcula que alrededor de 2,5 millones de trabajadores han pasado a quedar bajo la cobertura de este mínimo legal. Sin embargo, algunos empleados ven frustradas sus expectativas cada año, creyendo que les afecta el alza del SMI, pero sin que al final se refleje en sus nóminas. Ocurre porque sus empresas "absorben" el incremento con los pluses y complementos que les abonan, una medida avalada por la justicia, pero contra la que exigen legislar los sindicatos.
El conflicto apunta a las reglas de "absorción y compensación" de complementos salariales y su relación con el salario mínimo. Se trata de la práctica por la que las empresas compensan las subidas del SMI teniendo en cuenta todos los conceptos que pagan a la persona trabajadora, incluidos todos los pluses y complementos de distinto tipo, salvo previsión expresa en sentido contrario del convenio colectivo.
Es decir, que si en el cómputo total el sueldo está por encima del SMI, no se aplica ningún aumento a las remuneraciones. Un caso hipotético a modo de ejemplo: Patricia, una trabajadora con un salario base de 1.100 euros y que cobra un plus de nocturnidad de 50 euros al mes por las noches que le toca trabajar. Al final, su salario alcanza los 1.150 euros brutos mensuales.
Ante el nuevo aumento del SMI acordado por el Gobierno, del 5% que lo situará en 1.134 euros al mes, puede que Patricia crea que se le aplicará una subida de su salario base hasta esa cantidad, pero no es así. Como en cómputo total cobra más del nuevo SMI, gracias al plus de nocturnidad, la empresa compensará su subida teniendo en cuenta este complemento. Por lo tanto, no le subirá el salario.
Este conflicto sobre el salario mínimo y los pluses viene de lejos y ha enfrentado tradicionalmente a los empresarios y los sindicatos, pero se intensificó en los tribunales con el gran aumento acordado en 2019, del 22% hasta los 900 euros al mes.
CCOO y UGT han venido defendiendo que, a la hora de valorar si a un trabajador hay que subirle el sueldo fruto del alza del SMI, no hay que tener en cuenta los complementos salariales causales –si es que los percibe–; es decir, aquellos vinculados a un motivo concreto, ya sea personal (antigüedad, conocimiento de idiomas), por el trabajo realizado (como la nocturnidad, disponibilidad horaria y penosidad), por la ubicación geográfica (pluses por insularidad o por vivir en Ceuta y Melilla) o los vinculados a los resultados de las empresas.
Sin embargo, el Tribunal Supremo respaldó que las empresas amortigüen las subidas del SMI con la absorción de pluses, con varias sentencias en las que ha reiterado que la subida del SMI “no afecta a quien ya venga cobrando un salario superior en cómputo anual” incluyendo complementos salariales fijos o variables.
Dado el veredicto de los tribunales, CCOO y UGT han pedido al Ministerio de Trabajo que cambie la legislación sobre el salario mínimo interprofesional para evitar esta práctica. El tema no se pudo abordar junto a la subida del 5% pactada para este año, ya que el alza del SMI corre prisa (y se aprueba por real decreto), mientras que esta otra cuestión requiere de más negociación (y del sustento de otra herramienta legal), explicaron los sindicatos mayoritarios.
El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, también justificó que por "pura técnica legislativa" el real decreto del salario mínimo que se aprobará en las próximas semanas solo incluirá el alza de 2024. "Sin perjuicio de que ese real decreto pueda recibir mejoras en un futuro", añadió.
Los sindicatos van a defender el tema de los complementos de cara a la transposición de la Directiva europea sobre salarios mínimos, explicó la semana pasada Maricruz Vicente, secretaria confederal de Acción Sindical y Empleo de CCOO. En UGT coinciden en que la adaptación a la directiva europea es "una magnífica oportunidad" para abordar este cambio, afirmó Fernando Luján, vicesecretario general de Política Sindical.
CCOO, el sindicato que más ha insistido en este tema en los últimos años, denuncia que con la práctica actual de absorción de pluses existe una "discriminación" de los trabajadores con los salarios más bajos frente a otros con mayores remuneraciones.
En el sindicato argumentan que no es justificable que a las personas que menos cobran se les acabe "pagando menos" por elementos como la nocturnidad, peligrosidad o productividad que premian los pluses, entre otras.
Siguiendo con el ejemplo anterior: a las compañeras de Patricia que no hacen turnos de noche y solo cobran el salario base (1.100 euros) sí les subirían el sueldo por el alza del SMI, mientras que a Patricia no, a costa de los 50 euros extra que percibe por la nocturnidad. En cambio, otras empleadas de la empresa con mayor categoría profesional y remuneración base –pongamos 1.200 euros al mes–, sí cobrarían completos los 50 euros extra por los turnos de noche.