La Sareb, el ‘banco malo’ que aglutinó en 2012 los activos inmobiliarios fallidos de la banca tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria sigue ahondando en sus números rojos. Cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas por valor de 2.198 millones de euros. Es un suma y sigue porque es un 46% más que el año anterior, cuando ya perdió 1.506 millones; y más que en 2021, cuando perdió 1.626 millones de euros.
Que pierda más dinero es relevante porque también asume que no va a poder pagar toda la deuda que aún tiene por devolver. Sus fondos propios están aún más en negativo que hace un año. Han pasado de los 2.546 a los 4.744 millones de euros, tras deteriorar su cartera en más de 9.900 millones. Y su patrimonio neto está en rojo, en el entorno de los 14.600 millones de euros. Una cifra similar a la de 2022, cuando ya tuvo que asumir que sus activos valían menos de lo que pensaba.
La Sareb está controlada por el Estado desde enero de 2022, ya que tiene bajo su paraguas más del 50% de su capital. Solo unos meses antes de dar ese paso, Europa obligó a España a asumir como deuda pública 35.000 millones de euros. Y las pérdidas anuales computan como déficit público.
Vender barato para pagar deudaLa empresa reitera que sus pérdidas están ligadas a los precios de venta, porque los activos -casas, pisos o terrenos- valen realmente menos del valor contable que le dieron las entidades financieras cuando pinchó la burbuja inmobiliaria. Y vende barato porque el objetivo es dar salida a esos activos tóxicos y repagar toda la deuda que pueda, aunque el precio no sea el mejor. Es la forma, asume, de ir cumpliendo el mandato del banco malo, dar salida a esos activos tóxicos.
Rebaja su deuda pero no lo suficiente para que el contador quede a cero en 2027, aunque aún no se sabe si cerrará y liquidará ese año. La sociedad explica que en el último año ha cancelado 1.068 millones de euros de deuda avalada por el Estado. Así, desde 2012 ha amortizado 21.000 millones de euros. Aún queda terreno por andar porque su deuda total alcanza los 50.781 millones de euros. Es decir, le quedan casi 30.000 millones por devolver.
Por ello, reconoce que hay una parte de la deuda, que computa como deuda pública, que no va poder devolver, dado cómo está su balance y a los precios que vende sus activos.
Es decir, con los números y el plan de negocio que tiene sobre la mesa, si Sareb cierra en 2027 como está previsto, a día de hoy le podrían quedar más de 14.000 millones de euros por devolver. También ve difícil vender todos los activos que tiene de aquí a 2027.
En cambio, los ingresos van bien y suben un 16%. En 2023, facturó 2.748 millones de euros y llegó a cifras récord. La compañía asegura que su cartera de inmuebles está a buen precio y que lo que saca a la venta, lo vende. Da salida así a sus activos inmobiliarios, donde no solo hay pisos o casas, también suelo -donde asume que aún tiene mucho por desinvertir- o proyectos inmobiliarios que nunca llegaron a terminarse. En el último año vendió cerca de 10.500 viviendas, a un precio medio de 90.000 euros. En total, puso en el mercado 36.690 unidades, donde además de inmuebles hay préstamos, sobre todo de promotores.
De esta forma, ha reducido su cartera en un año en más de 3.000 millones de euros, cuando el objetivo es de 2.000 millones de euros anuales hasta 2027. Desde que se creó la Sareb, la cartera de activos tóxicos se ha rebajado en más de 27.000 millones.
En el último ejercicio también reconoce que los tipos de interés han disparado sus costes financieros, de 390 a 861 millones de euros en un año, así que para Sareb que bajen los tipos sería un respiro.
Ser una herramienta de alquiler socialSareb es una de las patas del futuro parque de vivienda pública en alquiler social y asequible, que se pretende que alcance los 184.000 inmuebles. La sociedad explica que está llevando a cabo un análisis para saber cuantos inquilinos de sus pisos cumplen criterios de vulnerabilidad.
La sociedad indica que ha llevado a cabo un análisis puerta a puerta para saber quienes viven en esas casas, algunos ocupándolas, y si cumplen esos criterios para acceder a un alquiler asequible. En concreto, ha llevado a cabo 11.000 análisis de vulnerabilidad.
De ahí, se han aprobado 6.300 alquileres sociales y asequibles, en más de 3.000 viviendas. Unos alquileres que rondan los 200 euros al mes por inmueble. En total, por alquileres, Sareb ingresa 2.340 millones de euros.
Al margen, tiene en marcha el proyecto Viena, que conlleva la cesión de suelo a inversores privados por 80 años a cambio de que pongan en marcha proyectos de alquiler asequible, sin perder la titularidad pública del suelo, la mayor parte están en Catalunya y la Comunitat Valenciana. De momento hay contactos con inversiones y se está en una fase avanzada para lanzar este proyecto.