Carmen Castro, economista vinculada a la cátedra de Economía feminista de la Universidad de València, es una de las referencias en España de la economía feminista, que supone una enmienda a la totalidad a los planteamientos de la economía convencional e incluso a algunas de sus alternativas.
En esta videoentrevista de la serie Economía fuera del carril, coproducida por elDiario.es y Alternativas económicas para presentar escuelas económicas alejadas de la corriente dominante, neoliberal, Castro explica las bases de la tradición de economía feminista, que aspira no solo a visibilizar el trabajo que durante siglos han asumido las mujeres sin retribución, sino reorganizar por completo la organización de la economía para colocar en el centro la vida en lugar de la lógica de la maximización del beneficio privado (y en general masculino), lo que exige un replanteamiento a fondo de las dinámicas de poder.
Esta tradición académica tomó cuerpo de manera diferenciada a partir de la década de 1990 hasta establecer un paradigma en sí mismo, no siempre bien entendido por la izquierda, cuyas bases teóricas parten de la centralidad del trabajo mercantil, que es a su vez el generador de derechos.
Pese a que el objetivo último de la economía feminista es alcanzar un nuevo contrato social que sea el reflejo de este replanteamiento de valores y de derechos y deberes, Castro desgrana en la entrevista algunas de las medidas prioritarias que puede impulsar un Gobierno de voluntad reformista como el actual. Entre las prioridades, destaca una reforma fiscal con perspectiva feminista -que ponga el foco no solo en los tipos impositivos, sino también en la universalización de derechos al margen del trabajo mercantil- y la implicación pública para que la economía incluya los cuidados y deje de invisibilizar estos trabajos esenciales para la reproducción de la vida que suelen asumir gratis las mujeres: “España necesita un millón de nuevos empleos de cuidados”, estima Castro, quien subraya que el Gobierno debe liderar un programa ambicioso para garantizarlos y velar por su calidad.