Eurosemillas, pequeño gigante alimentario español participado por uno de los dueños de Santalucía, tiene un pleito abierto con la familia real marroquí y una histórica relación de sus gestores con la Obra
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Una larga batalla comercial con el rey de Marruecos por una variedad de mandarinas ha devuelto en las últimas semanas a los titulares a la cordobesa Eurosemillas.
En septiembre, el Tribunal General de la UE (TGUE) confirmó la protección de Nadorcott, una variedad de mandarina propiedad del rey de Marruecos, y rechazó un recurso de Eurosemillas, que alegaba que no cumplía el requisito de novedad, en otro capítulo de un viejo litigio tras el que están los millonarios royalties de dos variedades de esta fruta: la de la familia real marroquí, a través de la empresa francesa Nador Cott Protection, y la clementina Tang Gold, de Eurosemillas.
Ambas están protegidas por la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales (OCVV), que en 2020 rechazó por “infundado” un recurso de la cordobesa contra la protección de la variedad marroquí. Se discute “si el proceso de protección fue correcto o no”, dice al teléfono la consejera delegada de Eurosemillas, Ana Cano. “Cuando es una obtención protegida, tiene que tener un título de obtención protegida”, añade, sin dar más detalles sobre este proceso.
El conflicto tiene su origen en los 80. Un agricultor marroquí, El Bachir Nadori, observó que en sus mandarinos crecían cítricos que podían madurar sin semillas. Resultado de una polinización cruzada aleatoria, el descubrimiento atrajo la mirada de investigadores estadounidenses y marroquíes. Y la variedad fue registrada en 2006 por esa empresa de Mohamed VI, cuyo patrimonio Forbes cifró en 2015 en 5.700 millones de dólares, lo que colocaría al monarca como quinta fortuna de África.
Eurosemillas logró en 2013 que las autoridades españolas reconocieran sus mandarinas Tango como nueva variedad, que registró en la UE. Y surgió el litigio con Nador Cott y el Club de Variedades Vegetales Protegidas, de terratenientes valencianos con acuerdos con el rey de Marruecos. La consejera delegada de Eurosemillas no precisa si han recurrido esa sentencia del TGUE: “Es una decisión que está todavía abierta”, dice.
La firma que pilota se creó hace 55 años como productora de semillas selectas y fue añadiendo la obtención de fibras de algodón y la extracción de aceites de semillas. Actualmente es uno de los líderes mundiales en patentes de semillas y plantones. Sin participar en la producción del producto, tiene más de 2.000 licencias de distintas variedades: mandarinas (Kino, Tango Fruit), aguacate (Luna), pistachos (Golden y Lost Hills) o la fresa (Belvedere). La Tango es una mandarina sin pepitas y de producción tardía: se vende cuando apenas hay oferta en los mercados. Surgió de un acuerdo firmado en 1989 con la Universidad de California (Estados Unidos) sobre patentes genéticas vegetales.
Con 200 empleados, según su web, Eurosemillas es muy rentable. Sus últimas cuentas en el Registro Mercantil, de 2022, recogen activos de más de 200 millones, ventas de 77,5 millones y beneficios de 21,5 millones. Con filiales en Portugal, Turquía, Estados Unidos o Perú, y el foco en África y Asia, opera en más de 40 países. Comenzó su internacionalización en 1977. Dedica unos 8 millones anuales a innovación.
La empresa no detalla su accionariado. “Es algo privado que yo no puedo revelar”, dice su CEO. “En esta casa, lo que es público está publicado, y lo que no, que lo digan las personas que quieran”, zanja.
El único socio del que hay datos públicos en el Registro Mercantil es Sierra Oriel SL (20%), de Modesto Álvarez. Dueño de un 33% de Santalucía y ex consejero delegado, este discreto ejecutivo de 82 años encaja en la definición de ultrarrico: personas con un patrimonio superior a 30 millones de dólares. En su caso, la cifra se queda corta, aunque lejos del nivel del rey de Marruecos.
A Álvarez El Mundo le coloca en el puesto 53 del ranking de ricos españoles, con una fortuna de 1.175 millones, fruto de su participación en la aseguradora y un enorme patrimonio inmobiliario. El multimillonario y terrateniente ha emergido como primer accionista de Primero H, inmobiliaria que dice “combatir el sinhogarismo” con vivienda “social”. Álvarez es consejero de Eurosemillas desde hace más de 30 años.
Varios gestores de la cordobesa han tenido desde su creación una estrecha vinculación con el Opus Dei. La organización religiosa vive un convulso momento por la imputación de sus altos cargos en Argentina por trata de mujeres y explotación laboral, en un caso que puede extenderse a otros países. A la consejera delegada de Eurosemillas le “sorprende” que se cite esa vinculación, “un tema personal” con el que la empresa “no tiene absolutamente nada que ver”.
Su padre y presidente de Eurosemillas, Juan Cano, fue uno de los pioneros en la puesta en marcha de las Escuelas Familiares Agrarias (EFAs), instituciones educativas vinculadas a la Obra que ofrecen formación en agricultura, ganadería, agroindustria y medio ambiente.
Como él explicó en 2012 en un artículo en la web oficial del Opus, “en 1962, un grupo de profesionales y empresarios del medio rural crearon en Córdoba la granja-escuela Torrealba [hoy un colegio concertado de la Obra en Almodóvar del Río] y me ofrecieron formar parte de esta iniciativa”: el proceso de modernización del campo español demandaba “cierta cualificación técnica” de sus trabajadores y provocaba un éxodo masivo a las ciudades.
“No se le podía discutir el idealismo a este grupo de profesionales que concebían la formación como el principal motor de desarrollo humano y social, basado en la idea de san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei”.
Nacido en 1939 y padre de nueve hijos, Cano es ingeniero agrícola y licenciado en Empresariales, MBA en el IESE de la Universidad de Navarra y postgrado en Producción vegetal de materias grasas por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Poco después de crearse las EFAs, fue uno de los fundadores de Eurosemillas en 1969. Aportó 25.000 pesetas, como recordaba en 2020 a El País.
Muchos años después, hasta finales de los 90, presidió Centro de Iniciativas para la Formación Agraria, SA (Cifasa), de la que cuelgan los EFAS, centros de formación profesional que, “desde el comienzo de su actividad, solicitaron a la Prelatura del Opus Dei que nombrara sacerdotes que se encargaran de la atención espiritual de las personas que voluntariamente lo soliciten. Esta atención espiritual, se realiza siempre con el mayor respeto a la libertad de las conciencias”, explican en su web.
En ella señalan que han formado más de 15.000 alumnos en el último medio siglo: el proyecto “ha ido creciendo hasta contar en la actualidad con 24 EFAS en España”, más de 400 profesionales, y más de 8.000 alumnos formados cada año en enseñanzas regladas y no regladas.
Cifasa, sin “ninguna relación” con Eurosemillas, recalca Ana Cano, ha tenido varios gestores vinculados a la política y a algunas de las sociedades ligadas al Opus. Juan Cano sucedió como presidente al ex ministro franquista de Comercio (1965-1969) Faustino García-Moncó, miembro del Opus destituido por el dictador Francisco Franco tras el estallido del escándalo Matesa, por el que fue condenado y luego indultado. En Cifasa figuró como apoderado antes de pasar a la política Juan Cotino, símbolo del sector del Opus Dei del PP valenciano y de la corrupción de este partido.
Este año ha cesado como consejera de Cifasa Soledad García, ex administradora de Enseñanza y Cultura SA, la dueña del colegio del Opus Senara, en Madrid. García fue apoderada de la Federación de Entidades Inmobiliarias, SA (Feisa), casero de Fomento de Centros de Enseñanza, la marca más conocida de la red de centros educativos del Opus: 35 colegios en 11 Comunidades, 20 guarderías Kid’s Garden y la Universidad Villanueva en Madrid.
El fundador de AsajaFeisa, con activos de 143 millones y controlada por tres fundaciones, tuvo como apoderado en los 90 a otro ex directivo y accionista de Eurosemillas en esa época, José Antonio Puerta Orué. En esos años, según datos de Insight View, Eurosemillas tuvo como consejero y breve presidente (1996) al cordobés Felipe González de Canales, miembro del Opus, ingeniero agrario, cofundador y primer secretario general de las EFA. Fundador en 1975 lo que hoy es Asaja, la conservadora organización de agricultores integrada en CEOE de la que han salido cargos de Vox y del PP, hasta 2013 fue consejero y secretario de Surcotton, filial de Eurosemillas.
De Asaja partió la denuncia que en julio de 2013 derivó en una sanción de 5 millones de la extinta Comisión Nacional de la Competencia (CNC) al Club de Variedades Vegetales Protegidas por una “conducta anticompetitiva” en la gestión de las mandarinas Nadorcott. En el expediente fue parte Eurosemillas. La Audiencia Nacional acaba de tumbar la multa y ha obligado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a devolverla.
Por el consejo de administración de Eurosemillas o sus filiales han pasado también el fallecido catedrático Martín Salcines, impulsor en Córdoba del Banco de Alimentos, históricamente vinculado al Opus, y ex altos cargos como Julio Sánchez Fierro, también fallecido, que presidió la Agencia Española del Medicamento y fue subsecretario del Ministerio de Sanidad con José María Aznar. Fue vicepresidente de Eurogenetic, filial de Eurosemillas.
Otro ejemplo es Eduardo Becerril, director general en los ministerios de Planificación y Desarrollo e Industria durante la dictadura y la Transición. Economista del Estado, fue consejero de empresas como Petronor y vicepresidente de Eurosemillas hasta fallecer en 2022. También fue accionista, a tenor de la junta extraordinaria forzada en junio por sus dos hijos pidiendo entrar en el consejo de la firma cordobesa. Su CEO no aclara si accedieron: es un tema “personal”.