La jornada laboral de cuatro días a la semana, con 32 horas de trabajo semanales, “es posible, es factible y es recomendable”, según las palabras de Fernando Ferrando, el presidente de la Fundación Renovables, una entidad del tercer sector que implantó esta opción en julio de 2023 y que ha presentado este miércoles en Madrid un informe analizando esta experiencia.

La publicación, 'Semana laboral de cuatro días: un compromiso social, ambiental e institucional', documenta cómo ha ido el primer año de implementación en esta entidad del tercer sector, que tiene una plantilla de diez personas, con resultados positivos: más productividad; una reducción de la huella ecológica ligada al consumo energético, que ha caído “notablemente”, con una caída del consumo eléctrico del 26%; y mejor calidad de vida de los trabajadores. “El cambio de modelo laboral ha sido beneficioso en, prácticamente, todos los aspectos”, según la fundación.

Ferrando, antiguo directivo de Endesa, preside desde 2017 esta fundación sin ánimo de lucro creada en 2010. El máximo responsable de la Fundación, que asesoró a Yolanda Díaz para la elaboración del programa electoral de Sumar (la vicepresidenta y ministra de Trabajo ha prorrogado el informe bajo el título “Luchar por el tiempo”), ha explicado que el energético es un sector “en boga” con “gran oferta laboral” y que, antes de implantar esta jornada, comprobaron que existía “una alta rotación de personas con titulación superior y posgrados”.

“Teníamos que analizar cuáles eran las motivaciones y cuál debía ser el desarrollo de la fundación”. Querían “retener el talento” y fomentar al “máximo posible” el “engagement” y el “sentido de pertenencia” de la plantilla. En julio de 2023, el patronato decidió implantar la semana laboral de cuatro días “sin reducción salarial, acompañada de un plan de apoyo en el uso de transporte público para acudir al trabajo”.

Ferrando ha reconocido que esta experiencia “no es realizable de forma generalizada por ahora”, pero sí “para muchas empresas e instituciones”. “Estamos viendo el objetivo de reducir jornada a 37,5 horas y nosotros hemos ido más lejos”. “Como entidad del tercer sector tenemos la obligación de ser disruptivos y ambiciosos en la implementación de este tipo de iniciativas”.

“Si esto no hubiera nacido desde el patronato somos conscientes de que hubiera sido muy complicado llevarlo a cabo”. Que en una empresa lo proponga un sindicato o los trabajadores conlleva un “alto grado de dificultad”. En su opinión, “es una iniciativa que va a tener futuro” y un “gran paso” que “puede ayudar a otras instituciones y empresas que quieran llevarlo a cabo”. “No es una cuestión de buenismo”, porque “para la empresa no ha habido ningún elemento perjudicial”.

En este año y medio, ha explicado Ferrando, “no ha habido rotación en el equipo, hemos retenido talento”, “se han incorporado personas que por condiciones laborales no lo habrían hecho” y ha mejorado “el sentido de pertenencia”. 

La directora de la fundación, Raquel Paule, ha explicado que al implantar esta jornada la primera duda fue “cómo legalizar esto cuando no existe ninguna legislación que la contemple”. Se optó por un acuerdo adicional al  contrato que firmaron todos los trabajadores. Se redujo el teletrabajo a un día a la semana (antes eran dos), con tres de asistencia a la oficina. 

Se comprobó que un día menos de jornada son “menos horas para sacar el mismo volumen de trabajo”. Se implementó una intranet con toda la información para desarrollar el día a día de forma estructurada, con plazos y objetivos, y con un documento en línea para poder trabajar en forma paralela. “Fue el día a día el que nos fue enseñando”. 

Ahora “usamos el tiempo de una forma mucho más operativa, más estratégica, más eficiente”. Son cuatro días “mucho más intensos de lo que lo eran antes. Estamos mucho más concentrados”. Tener viernes, sábado y domingo libres “te da tiempo a descansar” y llegas al lunes “realmente descansado”. 

El viernes “da mucho margen para solventar muchos temas personales” que antes implicaban “un desgaste bastante alto”. “Hemos establecido el mantra de que cuando estás en el trabajo, estás en el trabajo”.

El resultado es que el nivel de productividad ha aumentado: de elaborar 13 informes al año se ha pasado a 16; de 36 se ha pasado a 28 artículos. Se han organizado tres eventos más que en el periodo anterior; de participar en 98 eventos se ha pasado a 127, y con más actividades de ámbito europeo. Se han completado los mismos proyectos de investigación, cinco. Y la calidad del trabajo “no se ha visto comprometida en absoluto”. Las personas “están mucho más formadas, ha aumentado el nivel de pertenencia”, ha asegurado Paule.

Los buenos resultados han permitido a la Fundación realizar nuevas contrataciones para reforzar el equipo. Concretamente, durante el primer año de semana laboral de cuatro días se contrató a una persona y, además, en los tres últimos meses se han realizado otras dos nuevas contrataciones.

A nivel personal, una encuesta anónima a los trabajadores ha reflejado que para el 60% ha “mejorado mucho la conciliación entre la vida laboral y personal”. El 90% pasa “más tiempo de calidad” con familiares y amigos. Han potenciado su formación y desarrollo profesional, realizan más actividad física, y todos afirman que ha sido “muy bueno para el desarrollo de la salud mental”. “Para nosotros, la semana de cuatro días ha sido un antes y un después”.

El equipo actual de la Fundación Renovables está compuesto por diez profesionales de diversas disciplinas, incluyendo científicos, ingenieros y especialistas en comunicación y formación. De estos, nueve trabajan a tiempo completo (32 horas semanales, de lunes a jueves) y uno a tiempo parcial (16 horas semanales). La plantilla está equitativamente dividida en cuanto a género, con un 50% de mujeres y un 50% de hombres, con una edad media de 30 años.