La compañía estadounidense había cerrado la venta de decenas de aviones a aerolíneas chinas, que ahora podrían redirigirse a compañías de otros países, a la espera de cómo se concrete la batalla arancelaria
El 'annus horribilis' de Boeing: megahuelga de 30.000 empleados tras la crisis por las tuercas de los 737 Max
El gigante aeronáutico Boeing parece subido en una espiral de problemas que no hace sino acrecentarse. El último escollo, el mismo que está marcando toda la economía global: los aranceles.
Ahora, en lugar de ver la luz tras reajustar su equipo directivo, Boeing se encuentra con que la guerra arancelaria de Donald Trump con China le puede cerrar las puertas de uno de los mayores mercados aeronáuticos del mundo. El Gobierno de Pekín ha instado a sus aerolíneas a poner punto y final a sus acuerdos comerciales con Boeing, para que no adquieran más aviones, como contramedida a la decisión de Washington de imponer un peaje del 145% a los productos fabricados en el gigante asiático, según la información publicada por la agencia Bloomberg.
Ese cierre en banda, que aún no se sabe si es temporal o una medida definitiva, no solo conllevaría la suspensión de entregas de nuevos aviones, también supondría acabar con otro tipo de contratos de suministro, según la citada información. Además, llega en un momento en el que Boeing iba a entregar un pedido aviones en breve a aerolíneas como China Southern Airlines o Air China. Algunos de ellos, además, no se fabrican exclusivamente dentro de suelo estadounidense, sino que su producción acaba terminándose en factorías del país asiático.
El mazazo económico para Boeing es relevante si se ven las cifras de pedidos previstas para los próximos años. Solo las tres mayores aerolíneas del mercado chino, donde están las dos citadas anteriormente, tenían previsto recibir cerca de 180 aviones de Boeing antes de que concluya el año 2027, según recoge la agencia Reuters. Hay que tener en cuenta que el valor de mercado de un 737 Max ronda, aproximadamente, los 47 millones de euros.
Se abre, ahora, la incógnita de qué pasará con esos aviones, si aerolíneas de otros países tomarán el relevo de sus competidoras chinas y se quedarán con ellos. También queda por ver si esos contratos se acaban rompiendo de forma definitiva y si las aerolíneas chinas optan por Airbus para renovar sus flotas, aunque ese paso no es rápido porque los contratos en el sector aeronáutico conllevan varios años desde que se pactan hasta que las aeronaves comienzan a volar.
De momento ya hay algún avión que iba a ser operado por compañías chinas que ha volado de vuelta a Estados Unidos. En las últimas horas, un 737 Max que iba a ser utilizado por Xiamen Airlines ha aterrizado en el centro de producción de Boeing en Seattle (EEUU), según recogen varios medios, entre ellos, The Guardian, que cita testigos del aterrizaje.
Las opciones para esquivar el golpeEn cuanto a la opción de que otras aerolíneas, principalmente asiáticas, tomen el relevo de China y se queden con los aviones que rechace ese país, hay diversas alternativas. Por ejemplo, se baraja la opción de que las compañías indias compren esas aeronaves, ya que ya han cerrado varios contratos con Boeing para los próximos años. Precisamente, el vicepresidente de EEUU, J.D. Vance, ha iniciado este lunes un viaje oficial a India.
También, las empresas malayas. La matriz de la compañía Malaysia Airlines –controlada por un fondo soberano de ese país– ya ha reconocido a los medios locales que está en negociaciones para adquirir aviones de Boeing. Hace unas semanas, anunció que iba a comprar una veintena de 737 Max y se reservaba la opción de comprar otra treintena.
Y hay otra alternativa: Rusia, que ha pedido que se levanten parte de las sanciones impuestas tras la invasión de Ucrania. En concreto, ha solicitado a Estados Unidos que le permita comprar aviones de Boeing con dinero procedente de activos estatales congelados por valor de unos 5.000 millones de dólares (más de 4.300 millones de euros al cambio actual). Eso sí, la compra estaría condicionada a la firma de un alto el fuego en Ucrania. De momento, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU ha asegurado que su país “no discutirá ningún compromiso económico” hasta que se alcance un acuerdo sobre el cese del conflicto en Ucrania.
Ryanair asume los retrasosEn cuanto a las aerolíneas europeas, una de las expuestas a las entregas de Boeing es la irlandesa Ryanair, que ya ha asumido retrasos en la recepción de los aviones que tiene comprados. La semana pasada, su consejero delegado, Michael O'Leary, reconoció en una entrevista con ‘Financial Times’ que puede haber más demoras como consecuencia de los aranceles. En concreto, apuntó que la propia aerolínea puede aplazar los contratos si ve que las nuevas tasas impuestas por Washington encarecen los aviones y tiene que asumirlas sobre sus resultados.
“Si se imponen aranceles a esos aviones es muy probable que retrasemos la entrega”, asume O'Leary en esa entrevista. “Podríamos retrasarlos y esperar que prevalezca el sentido común”. Ryanair tiene previsto recibir 25 aviones de Boeing a partir de agosto de este año, pero asegura que puede esperar hasta “marzo o abril de 2026”.
Ese retraso tiene una derivada española. De cara a este verano, Ryanair ha anulado cerca de 800.000 asientos que tenía previstos, al reducir sus operaciones en los aeropuertos de Vigo, Santiago, Zaragoza, Asturias y Santander y suspenderlos en Jerez y Valladolid. Una decisión muy criticada por Aena que ve de trasfondo no sus tasas –las que cobra a las aerolíneas por usar sus aeropuertos– sino los problemas de Ryanair para poner en operación los nuevos Boeing.
El presidente de Aena, Maurici Lucena aseguró en la última junta de accionistas del gestor aeroportuario que esa decisión de la empresa irlandesa “no obedece a las tarifas de Aena en los aeropuertos regionales, sino a una política de la aerolínea de maximizar sus beneficios”, porque “coloca aviones en los aeropuertos donde obtiene más rentabilidad económica”, en referencia a los aeródromos con más tirón de pasajeros en verano. “Como hay menos aviones, los coloco donde creo que hay un mayor margen y puedo subir el precio de los billetes”, añadió Lucena.
Y, al margen de todos los problemas económicos, Boeing sigue teniendo encima de la mesa el tema de la seguridad de su modelo 737 Max. Hace unos días, su consejero delegado Kelly Ortberg compareció en el Senado de EEUU donde asumió que “Boeing ha cometido graves errores en los últimos años”. “Hemos implementado cambios radicales en el personal, los procesos y la estructura general de nuestra empresa”, aseguró, “si bien aún queda trabajo por hacer”, admitió.