Los efectos negativos del alza del SMI en el conjunto del mercado laboral fueron limitados, según un nuevo estudio de Fedea, con más impacto en las empresas más pequeñas, de hasta cinco empleados
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Un nuevo estudio del centro de investigación económica Fedea sitúa que la subida histórica del salario mínimo de 2019, del 22%, tuvo efectos negativos “moderados” a nivel agregado, en el conjunto del mercado laboral, como han recogido otras investigaciones previas, pero como novedad desgrana dónde se han concentrado: sobre todo en micropymes, de hasta cinco trabajadores, aunque destacan que también detectan un deterioro de la calidad del empleo en empresas de hasta 250 trabajadores derivados de este incremento del SMI.
Frente a teorías previas de destrucción masiva de puestos de trabajo por el aumento del salario mínimo, la evidencia científica ha ido limitando los efectos negativos de esta medida, como acreditó el Nobel de Economía David Card. En España, con un gran aumento del salario mínimo en los últimos años (de más del 60%), ha habido varios estudios sobre el impacto de la subida en el empleo. Principalmente, sobre el incremento de 2019, por novedoso e histórico, que coinciden en resultados moderados de merma de crecimiento del empleo. Es decir, el empleo siguió creciendo, en unos 400.000 puestos de trabajo en 2019, pero concluyen que lo hizo algo menos, con un impacto negativo de entre 28.800 empleos y hasta 172.700 puestos de trabajo, según los estudios.
El nuevo paper de Fedea, The Effects of Minimum Wages on Establishments: Evidence for Spain (PDF), de Jorge Casanova, David Catalán, Florentino Felgueroso y Marcel Jansen, sitúa un efecto negativo a nivel agregado de -0,5 puntos porcentuales a -1% puntos porcentuales. Aunque Jansen, que ha presentado el estudio este lunes, no ha traducido estos datos en número absolutos, ha destacado que su resultado es similar al del Banco de España, que estimó un impacto negativo de entre 0,6% al 1,1%, que tradujeron en unos 94.200 a 172.700 empleos menos.
Con información del Panel Empresa-Trabajadores (PET), que utiliza datos reales de vidas laborales de la Seguridad Social en una muestra representativa de empresas, los investigadores se han centrado en desgranar dónde se producen estos efectos negativos y de qué manera se expresan. Sitúan que la subida del SMI de 2019 afectó al 21% de las empresas en la muestra, en mayor grado a las más pequeñas –con más porcentaje de trabajadores cobrando el SMI que en las más grandes–, y era vinculante para el 12% de los trabajadores.
Destrucción neta de empleo en micropymesEntre ese 21% de las empresas afectadas por el aumento del salario mínimo, los efectos en el empleo “fueron muy significativos” en los primeros doce meses, ha afirmado Marcel Jansen. Aquellas con todos sus empleados por debajo del SMI de 2019, el crecimiento del empleo disminuyó en 4,5 puntos porcentuales.
“Para el resto de los establecimientos, los efectos causales son proporcionales al porcentaje de trabajadores directamente afectados por la subida del SMI”, explican en Fedea. Es decir, una empresa con la mitad de sus empleados por debajo del salario mínimo, tuvo una afectación negativa en el empleo de 2,25 puntos porcentuales.
Las empresas más afectadas fueron los pequeños establecimientos de hasta cinco empleados, “muy expuestos al SMI”, destaca el estudio. Si a nivel general el efecto negativo en el empleo se suele traducir en una menor creación de empleo, Jansen ha explicado que en las empresas más pequeñas sí “se puede hablar de destrucción neta” de puestos de trabajo.
Los investigadores añaden además que no han encontrado evidencias de que los trabajadores desplazados se hayan reubicado en mejores empleos. Los efectos negativos en el empleo “afectó desproporcionadamente a grupos vulnerables como los jóvenes, mujeres y trabajadores poco cualificados”, añade el estudio.
Empeoró calidad del empleo en empresas hasta 250 empleadosLa investigación destaca otro resultado, por inédito en la literatura económica hasta el momento, que señala que la subida del SMI “tuvo implicaciones mucho más amplias” en cuanto a “la calidad del empleo. Los investigadores apuntan que el alza de 2019 provocó un aumento simultáneo de las contrataciones y salidas de trabajadores en las empresas afectadas de hasta 250 empleados, un aumento de los flujos de empleo que ”llevó a un deterioro de la calidad de los empleos, con menos contratos permanentes y la sustitución de contratos temporales a tiempo completo a otros a tiempo parcial“.
Los economistas sitúan este resultado en el contexto del mercado laboral español de 2019, con mucha temporalidad, lo que supuso una vía de flexibilidad para las empresas para reducir el impacto de la subida del salario mínimo. En el actual contexto, en el que se ha limitado mucho el trabajo temporal, Jansen recomendaba analizar qué efecto están teniendo las subidas del salario mínimo.
Por contra, el estudio destaca que sus cálculos “excluyen los efectos positivos de un mayor crecimiento salarial sobre el consumo”, una situación que ha constatado el Banco de España.
Desde Fedea han recomendado seguir analizando las posteriores subidas del salario mínimo en el mercado laboral español y han advertido de que los resultados de esta investigación no se pueden extrapolar sin más a futuro, con una nueva legislación laboral y un contexto distinto, en el que el SMI alcanza a un mayor porcentaje de trabajadores, por ejemplo. Marcel Jansen ha discrepado de la medida propuesta por el Gobierno de coalición, de fijar el salario mínimo por ley en el 60% del salario medio, ya que ha considerado que deja muy poco margen de maniobra a futuro ante posibles crisis y la situación del mercado laboral.