El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció hoy un acuerdo parcial para dar tregua a su guerra comercial con China y aparcó sus planes de subir los aranceles a las importaciones del gigante asiático, al asegurar que su tensa relación con Pekín se ha convertido en un "festival del amor".
Trump describió el pacto como la "primera fase" en un proceso para resolver la guerra comercial que puede desarrollarse en hasta tres etapas, y explicó que confía en firmar ese arreglo inicial junto al presidente chino, Xi Jinping, durante la cumbre del APEC que se celebrará en Chile los próximos 16 y 17 de noviembre.
"Hemos alcanzado un acuerdo significativo de primera fase (...) pero todavía no está redactado", dijo Trump a los periodistas durante una reunión en el Despacho Oval con el viceprimer ministro chino, Liu He.
"Se redactará a lo largo de las próximas tres o cuatro semanas. Estaremos en Chile y tendré una (ceremonia de) firma formal con el presidente Xi", precisó Trump, que hasta ahora no había confirmado si iría a la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
En virtud del acuerdo, Estados Unidos accedió a suspender por ahora su plan de subir del 25 al 30 % los aranceles a importaciones chinas por valor de 250.000 millones de dólares, que iba a entrar en vigor el próximo martes.
"Mientras atravesamos el proceso de documentar lo acordado, no implementaremos el aumento de los aranceles", apuntó el secretario del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin.
Por su parte, China se comprometió a aumentar sus compras de productos agrícolas estadounidenses hasta llegar a entre 40.000 y 50.000 millones de dólares, una cifra que, según Trump, es entre "2,5 y 3 veces superior" a lo que Pekín "había comprado hasta ahora en su punto más álgido", cuando rozó los 17.000 millones de dólares.
"Aconsejo a los agricultores (estadounidenses) que compren más tierra y más tractores", recomendó el mandatario.
Trump, que esta semana había dado señales contradictorias sobre el rumbo de las negociaciones con China, abrió la jornada con optimismo y la cerró en un tono de celebración.
Tras recibir una carta en la que Xi le expresaba sus deseos de llegar a un entendimiento sobre la guerra comercial, Trump declaró que la relación entre EE.UU. y China ahora es "quizá mejor de lo que ha sido nunca".
"Había mucha fricción entre Estados Unidos y China, y ahora es un festival del amor", opinó.
Por su parte, Liu evitó entrar en detalles sobre lo acordado y se limitó a indicar que se han hecho "avances significativos en muchas áreas" y que el Gobierno chino está "contento con eso", aunque Trump reconoció que el viceprimer ministro debe llevar lo negociado a Pekín para recibir un visto bueno final.
Ninguno de los dos Gobiernos ha publicado hasta el momento detalles del acuerdo, pero Trump precisó que incluye algunas medidas relativas a la devaluación de la divisa china y temas de propiedad intelectual, aunque no lidia con la transferencia forzada de tecnología en China, un tema que se tratará "en la segunda fase".
El acuerdo tampoco resuelve el tema de los vetos a la exportación que afectan al gigante chino de la telefonía Huawei, un asunto que se está negociando en un proceso paralelo, explicó a los periodistas el representante de Comercio Exterior estadounidense, Robert Lighthizer.
Algunos grupos empresariales en EE.UU. esperaban un acuerdo más ambicioso, que englobara un pacto para frenar la manipulación de divisas por parte de China y la retirada de la amenaza de Trump de imponer una nueva ronda de aranceles a partir del 15 de diciembre, algo que por ahora sigue sobre la mesa.
Sin embargo, Trump argumentó que la negociación es tan complicada que es "mejor" acometerla en tres fases, y adelantó que las conversaciones de la segunda etapa comenzarán en cuanto se suscriba el primer acuerdo.
Tanto los mercados financieros como la Cámara de Comercio de EE.UU. celebraron el anuncio, y esta última subrayó que la suspensión del aumento de los aranceles a China "es una noticia bienvenida para los negocios, agricultores y consumidores" y podría "abrir la vía a un acuerdo más exhaustivo y aplicable".
"Por fin, un rayo de esperanza en la relación comercial entre Estados Unidos y China", dijo el vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Comercio, Myron Brilliant, en un comunicado.