Brasil, el mayor productor mundial de vacunas contra la fiebre amarilla y dueño del producto más barato en el mercado, volverá a exportar este año el inmunizante tras haber retomado su producción al 100 % de su capacidad, informaron este martes fuentes oficiales.
El anuncio fue hecho por el ministro brasileño de Salud, Luiz Henrique Mandetta, durante la sesión de apertura de la Vigésima Reunión de la Red de Productores de Vacunas de los Países en Desarrollo, que se realiza hasta el jueves en Río de Janeiro.
Brasil, uno de los cuatro productores de esta vacuna en el mundo al lado de Francia, Rusia e India, se abstuvo de exportarla en 2017 y 2018 debido a que redujo su producción y a que la demanda interna se elevó significativamente ante la necesidad de enfrentar un brote de la enfermedad en el país.
Pero la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), el organismo del Ministerio de Salud que produce la mayoría de las vacunas del país y es considerado el mayor centro de investigación médica de América Latina, consiguió retomar este año su producción al 100 % de su capacidad y generar un importante excedente para la exportación.
La Fiocruz, organizador y anfitrión del encuentro de productores de vacunas de países en desarrollo, ya le comunicó a la Organización Panamericana de la Salud (OPAS) y a la Unicef que entre 2019 y 2020 tendrá a disposición 23 millones de vacunas para la exportación y para ser usadas en las campañas de inmunización de ambos organismos.
El aumento de la producción fue posible gracias a una ley aprobada este año y que permite a Fiocruz reinventir en su capacidad y en sus investigaciones todos los recursos generados por la exportación de sus productos, tanto vacunas como medicinas.
La vacuna contra la fiebre amarilla desarrollada y vendida por Fiocruz, con un precio de cerca de un dólar la dosis, está certificada por la Organización Mundial de la Salud desde 2011, lo que permite que sea adquirida por las diferentes agencias de la ONU. Desde entonces Brasil ha vendido unas 160 millones dosis de su inmunizante.
"Las vacunas son las tecnologías que más salvaron vidas en el mundo. Por eso hemos trabajado para ampliar nuestra capacidad productiva y la innovación tecnológica instalada en el país", afirmó el ministro.
Mendetta destacó la necesidad de que Fiocruz pueda no sólo retomar su producción a larga escala de la vacuna sino también exportarla para generar recursos para sus proyectos.
El ministro dijo igualmente que, para reforzar su compromiso con la eliminación global de enfermedades, el Gobierno brasileño invertirá 3.000 millones de reales (unos 750 millones de dólares) en la construcción de un nuevo laboratorio de producción de vacunas.
Se trata del Complejo Industrial de Biotecnología en Salud (CIBS) que ya está en construcción en Santa Cruz, barrio de la zona oeste de Río de Janeiro, y que tendrá una capacidad para producir hasta 300 millones de dosis anuales de vacunas.
El CIBS "será una plataforma múltiple que podrá producir diferentes tipos de vacunas y atender rápidamente las necesidades internas", afirmo Mandetta.
El ministro dijo igualmente que el Gobierno también pretende estimular proyectos que ya están en nivel avanzado de desarrollo de vacunas con nuevas tecnologías y que sirvan para el tratamiento de las llamadas enfermedades ignoradas, que no interesan a los grandes laboratorios.
Uno de los proyectos que será beneficiado es el que tiene la propia Fiocruz para desarrollar una vacuna contra la leishmaniasis.
La Vigésima Reunión de la Red de Productores de Vacunas de los Países en Desarrollo cuenta con la participación de la directora de la OPAS, Carissa Etienne, así como de representantes de la Organización Mundial de la Salud, de la Unicef y de la Fundación Bill & Melinda Gates, una importante fuente de financiación de investigaciones en vacunas y medicinas.
En la cita, 59 especialistas de 14 países debaten asuntos como avances tecnológicos en el desarrollo de vacunas, acceso equitativo de vacunas en el mundo, oportunidades de asociaciones y los actuales desafíos de los laboratorios en los países en desarrollo.
La red agrupa a 50 productores de 17 países que producen 40 tipos de vacunas. Entre esos productores figuran los brasileños Fiocruz e Instituto Butantan.
Fiocruz produce las vacunas que Brasil ofrece gratuitamente en sus campañas de vacunación contra enfermedades como sarampión, paperas, rubeola, varicela, fiebre amarilla, difteria, tétanos y coqueluche. El Instituto Butantan fabrica vacuna contra gripe, hepatitis, virus del papiloma humano y rabia.
Según el vicepresidente de Producción e Innovación en Salud de Fiocruz, Marco Krieger, la fabricación en los países en desarrollo es importante para garantizar el acceso de la población a las vacunas, ya que ofrecen productos más baratos y que atienden enfermedades endémicas en sus regiones.