Las muertes en accidente de tráfico han disminuido un 9 % en las carreteras convencionales donde el límite máximo de velocidad permitido se rebajó de 100 a 90 kilómetros por hora, una medida aprobada por el Gobierno en diciembre pasado y en vigor desde el 29 de enero.
Según los datos facilitados por la Dirección General de Tráfico (DGT), este descenso se extiende a los heridos hospitalizados desde esa fecha, que también han bajado un 9 % respecto al mismo periodo de 2018.
Mientras, en las vías que ya tenían el límite máximo de velocidad en 90 kilómetros por hora el número de víctimas mortales no ha sufrido variación respecto a un año antes, en tanto que el de heridos que requirieron hospitalización se redujo un 2 %.
Con la medida, la primera que la Dirección General de Tráfico (DGT) puso en marcha con Pere Navarro al frente, tiene como objetivo frenar la siniestralidad que provoca el exceso de velocidad en las carreteras secundarias, donde mueren siete de cada diez víctimas de tráfico.
La velocidad es el segundo factor concurrente en los accidentes mortales tras las distracciones y por delante del consumo de alcohol y drogas.
Según el balance de la DGT sobre la siniestralidad vial en 2018, la velocidad fue la principal causa en 301 accidentes mortales ocurridos en vías urbanas e interurbanas. Es decir, en el 22 % de los que se produjeron ese año.
No obstante, si se tienen en cuenta solo las vías interurbanas, ese porcentaje se reduce dos puntos (un 19 %).
El pasado año, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil realizó controles de velocidad a 13,6 millones de conductores y fueron denunciados 596.030.
Las infracciones por exceso de velocidad pueden acarrear multas de 100 a 600 euros, la pérdida de entre dos y seis puntos en el carné de conducir y penas de prisión de tres a seis meses.
Alrededor de 1.500 radares repartidos por las carreteras controlan la velocidad de los vehículos, una cifra notablemente inferior a los 4.000 que tiene Francia y los 8.000 del Reino Unido.
Tráfico está colocando desde este verano 78 radares más. Veinte de ellos estaban ya operativos el 1 de julio pasado con motivo de la operación verano. Los 58 restantes -15 de ellos de tramo- van entrando en servicio conforme se tienen las certificaciones correspondientes.
Será a partir de 2022 cuando los vehículos lleven incorporado de forma obligatoria un limitador inteligente de velocidad.