El Gobierno ecuatoriano remitió este jueves a la Asamblea Nacional los Presupuestos Generales para el año 2020 en el que pide la aprobación de un monto de 31.469 millones de dólares, con un déficit del 3,1 % del PIB.
La Pro forma Presupuestaria ha sido "construida sobre la base de los pilares que conforman el Plan de Prosperidad: consolidación fiscal y estabilidad monetaria, igualdad de oportunidades y protección social, empleo y reactivación productiva, y manejo eficiente y transparente de los recursos", señaló un comunicado oficial.
El ministro de Economía y Finanzas, Richard Martínez, aseguró que la Pro forma 2020 consolidará la recuperación del país, mientras que la Ley para el Crecimiento Económico sentará las bases para un crecimiento sólido.
La entrega de la Proforma se produce apenas dos semanas después de la violenta ola de disturbios que sacudió el país entre el 3 y 13 de octubre, a raíz de la eliminación prevista por el Gobierno del subsidio a las gasolinas, decreto ya derogado.
La derogación ha dejado un agujero de varios cientos de millones de dólares en las ya deficitarias cuentas del Gobierno, que prevé un déficit para el año que viene de 3.384 millones de dólares.
"Los ingresos de la Pro forma totalizan 22.516 millones de dólares y los gastos son de 25.900 millones, dando como resultado un déficit global de USD 3.384 millones, equivalente a 3,1 % del PIB", explicó el comunicado.
Y destacó que "esta cifra representa 237 millones menos de déficit que el fijado para el 2019".
El Gobierno ecuatoriano ha tenido en cuenta para su presupuesto que el precio promedio del barril de petróleo, su principal industria, se situará en torno a los 51,30 dólares, y que el crecimiento del PIB llegará en 2020 a 0,57 %, con una inflación del 0,84 %.
El PIB nominal estará en torno a 110.434 millones de dólares, si se cumplen esos indicadores.
Martínez aseguró que si se cumplen las previsiones "los esfuerzos de optimización, en términos de gastos y de ingresos, permitirán comenzar a tener un superávit primario desde el próximo año".
Ecuador pasa por un difícil período de liquidez debido, según el actual Gobierno, a las millonarias deudas que dejó el expresidente Rafael Correa, que gobernó el país entre 2007 y 2017.
Durante ese período, Ecuador disfrutó de una bonanza económica gracias a los altos precios del petróleo, pero en los últimos años, la bajada del precio del barril y un fuerte terremoto en 2016 que devastó una parte del país han dejado sus arcas vacías.
Para salir del aprieto, el presidente Lenín Moreno ha reducido el gasto público, desinflado la masiva maquinaria gubernamental que tuvo Correa e iniciado reformas para alcanzar una mayor productividad.
También ha tenido que acudir a entidades internacionales, entre ellas el Fondo Monetario Internacional (FMI), para solicitar una financiación de más de 10.200 millones de dólares, que vino acompañada de las exigencias de reformas que acabaron generando la ola de violencia de principios de octubre.