Las diez favelas más pujantes de Brasil, en las que viven cerca de un millón de personas, se reúnen por primera vez con la meta de promover el emprendimiento para mejorar la vida de sus habitantes, quienes día a día se ven obligados a convivir con la criminalidad, el tráfico de drogas y la violencia policial.
Inspirado en el formato que agrupa cada año a las siete economías mundiales más poderosas, la iniciativa, bautizada de G-10, se celebra este fin de semana en la favela de Paraisópolis, en Sao Paulo, en una jornada centrada en la promoción del desarrollo económico y social de estas zonas depauperadas, conocidas por acoger asentamientos precarios y ser focos del narcotráfico y grupos paramilitares.
A pesar de las dificultades, sus miembros no cejan en buscar soluciones para no vivir al margen de las innovaciones tecnológicas.
Así es el caso de Hebert Veloso, quien se percató de que la tecnología no llegaba a los vecinos de la favela carioca del Complexo do Alemao, una de las más emblemáticas de Río de Janeiro invitada al evento aunque no figure en el G-10.
Fue entonces cuando creó una plataforma de comida a domicilio gracias a la aplicación BrotAki, fruto del trabajo realizado en su agencia CpTech, una empresa de "desarrollo de software" que pone plataformas electrónicas al servicio de los "pequeños y medianos emprendedores" de su favela.
"Tenemos como objetivo fomentar la economía local a través de la tecnología, a la que antes no teníamos acceso", aseguró Veloso en declaraciones a Efe.
Este es uno de los 16 proyectos presentados durante el G-10 y seleccionados por "Investe Favela" para recibir inversión, igual que la iniciativa Costurando Sonhos, obra de Seuli do Socorro y su socia Maria Nilde dos Santos.
Estas dos emprendedoras se vieron empujadas a "mejorar la vida" de las mujeres víctimas de violencia de género de Paraisópolis por lo que crearon una oficina que les enseñase a coser y así ser "menos dependientes de sus maridos", desveló Do Socorro a Efe.
El 40 % de los vecinos de favelas "quieren emprender" y "a pesar de ser áreas marginales" y ya cuentan con "casos de emprendedores de éxito", aseguró a Efe el presidente de la Asociación de vecinos y de Comercio de Paraisópolis, Gilson Rodrigues.
Para él, el objetivo del G-10 es "juntar" este tipo de "start-ups" (empresas emergentes) para que dejen de ser casos "aislados" y así "aumentar el potencial" y el "desarrollo económico" de estas diez comunidades que albergan unos 775.000 habitantes y, según apuntó, van a consumir 7.000 millones de reales este año (unos 1.750 millones de dólares).
Rodrigues creó un banco en su comunidad para "buscar soluciones financieras propias" ante la "falta de inclusión" de las clases más bajas en materia tecnológica.
En su opinión, el G-10 pretende convertir las favelas en "centros sociales de negocios" que "atraigan inversión".
Hay que "comenzar a romper los muros invisibles que separan la favela de los asfaltos", ahondó Rodrigues.
En concreto, el G-10 está integrado por las favelas de Rocinha y Rio das Pedras (Rio de Janeiro); las favelas de Heliópolis y Paraisópolis (Sao Paulo); Cidade de Deus y Coroadinho (Manaus); Baixadas da Condor y Bauxadas da Estrada Nova Jurunas (Belém); Casa Amarela (Recife), y Sol Nascente (Brasilia).
Una de los actos más destacados de la jornada es el lanzamiento de una campaña de "crowdfunding" (microfinanciación), que pretende conseguir una suma de 2 millones de reales en inversores de Europa y los Estados Unidos (unos 500.000 dólares), cuyos ingresos recaudados se revertirán a empresas de impacto social con sede en alguna de las favelas del G-10.
Carla Samon Ros