El economista y exdiputado europeo Ramon Tremosa considera que el Banco Central Europeo (BCE) "ha dejado barra libre a los Estados para aumentar su deuda" desde que empezó a comprar de forma masiva deuda pública en la zona euro, y advierte de los perjuicios que esto podría provocar a largo plazo.
Bajo esta tesis, Tremosa analiza en su nuevo libro "¡Qué hacen los bancos centrales!" (Pòrtic) la política monetaria del BCE en los últimos años, su impacto sobre las finanzas de los Estados miembros y las impresiones de algunos de sus actores.
Tremosa, que fue eurodiputado por el PDeCAT entre 2009 y 2019, reconoce a Efe que la compra de deuda pública que aprobó en 2012 el entonces presidente del BCE, el italiano Mario Draghi, "salvó el euro", ya que permitió a los países principalmente del sur de Europa mitigar los efectos de la crisis de 2008 y reducir sus primas de riesgo (la de España había alcanzado los 634 puntos).
Sin embargo, en 2015 el mismo BCE impulsó un programa sistemático y masivo de compra mensual de deuda en la zona euro bautizado como "expansión cuantitativa" (QE), que en su opinión adentró a las finanzas europeas en un "territorio desconocido" en el que "nunca antes el sector público había intervenido tanto".
De este modo, a finales de 2018, el valor de deuda adquirido por el BCE había alcanzado un valor equivalente al 40 % del PIB de la eurozona y se alcanzaron niveles de deuda récord en algunos países europeos como Italia, con un porcentaje de deuda equivalente al 134 % de su PIB, Portugal (122 %) y España (97,6 %).
Mientras que los países del sur de Europa aplaudieron esta inyección masiva de dinero, los del centro y el norte se mostraron reacios, en especial Alemania, el Estado que más se ha opuesto a las políticas de compra masiva de deuda pública.
"Pero esta es una fiesta con caducidad", avisa el actual profesor de Economía en la Universidad de Barcelona, que sostiene que en caso de una futura crisis económica, si estos países no han frenado su endeudamiento y no han impulsado reformas para cumplir las normativas europeas, "se podría romper el euro y se llevará por delante sus economías".
Otro riesgo del que advierte Tremosa es que se esté "alimentando el discurso euroescéptico" en los países del norte, fruto de la desafección masiva provocada por la intervención financiera del BCE, y que los gobiernos traten de forzar a los bancos a aprobar bajadas en los tipos, como ha hecho Donald Trump en Estados Unidos.
La llegada de Cristine Lagarde a la presidencia del BCE y la posibilidad de que el banco reanude en los próximos meses la compra masiva de deuda pública hace temer al autor una deriva continuista de esta dinámica, y con ella, de la burbuja de la deuda.
Aún con este escenario descrito, Tremosa asegura que su obra no es "catastrofista" sino que busca advertir del riesgo de las políticas expansivas iniciadas por el BCE hace unos años: "ojalá me equivoque y nada de lo que he escrito acabe pasando".