Cerca de 10.000 granjeros alemanes se manifestaron este martes en Berlín en contra de las restricciones en el uso de fertilizantes y pesticidas y otras medidas para la protección del medioambiente que, en opinión de los agricultores, ponen en peligro su existencia económica.
Entre los granjeros germanos hay desde hace tiempo descontento, no solo por disposiciones legales sino también por los bajos precios que alcanzan en el mercado los productos agropecuarios.
Las restricciones en el uso de fertilizantes se han hecho necesarias, según el Gobierno alemán, para evitar una multa de cerca de 1.000 millones de euros de parte de la Comisión Europea por exceso de nitrato en las aguas subterráneas en determinadas regiones.
Los granjeros también dirigen su protesta contra la mala imagen del sector al que se considera uno de los principales responsables, debido a la agricultura intensiva, de la desaparición de especies y la contaminación de los suelos y las aguas subterráneas.
Sin embargo, la ministra de Agricultura del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, Ursula Heine-Esser, considera que los consumidores tienen también su parte de responsabilidad en el problema.
"Los consumidores están en contra del uso de pesticidas y exigen mejores condiciones para los animales pero al mismo tiempo quieren pagar lo menos posible por la carne y otros productos", dijo Heinen Esser.
La situación actual de muchas granjas medianas y pequeñas es problemática pese a que la agricultura alemana recibe anualmente cerca de 6.000 millones de euros de subvenciones de Bruselas.
La ministra de Agricultura, Julia Klöchner, dijo en el último congreso de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), que la situación del sector en Alemania nunca había sido tan dramática como ahora.
Los Verdes, por su parte, ven justamente a la CDU como responsable de la situación actual por haber aplazado muchas medidas indispensables que ahora tienen un impacto en los agricultores.