A escasos minutos de la Ciudad de los Muertos de el Cairo, Nadia Alía Hasan diseña y confecciona a mano vestidos de danza del vientre en el taller de costura de su casa. Lo hace desde hace 15 años y con ello han hecho su forma de vida ella y su familia.
“Me gustaba este trabajo, cuando estaba en el colegio iba a clases de labores del hogar y me gustaba adornar la costura”, explica a Efe esta modista de 53 años, rodeada de su familia en las instalaciones de su nuevo taller situado en el barrio popular de El-Imam El-Shafei, cerca de la Ciudadela de Saladino en El Cairo.
Gracias a su vocación por crear conjuntos de danza del vientre, Ali Hasan ha sacado adelante a toda su familia, un camino que han tomado otras familias en Egipto que viven de la confección de estos trajes.
EL VESTIDO PARA LA INTIMIDAD
La diseñadora comenta que en el país árabe es una tradición que las novias, cuando se casan, se compren un traje de danza del vientre en la noche de bodas y confiesa entre risas que ella se cosió su propio conjunto para sorprender a su marido el día de su boda.
"Antes de la boda la novia encarga uno, dos o incluso tres trajes dependiendo de sus recursos", explica.
La parte más conservadora de este país árabe sigue la corriente de pensamiento Wahabi (procedente de Arabia Saudi) que dicta que las mujeres no deben mostrar su cuerpo en público.
Una de las interpretaciones del Islam dice que las mujeres deben cubrir su cuerpo, incluido el rostro y las manos delante de los hombres, excepto enfrente de su padre, sus hermanos, sus sobrinos, sus hijos y, por supuesto, su marido.
“Esto lo llevamos en casa no en la calle, no se puede salir con una apertura como esta” explica la modista señalando la raja que tiene una falda que ha creado y confeccionado ella misma.
TRABAJO PARA TODA LA FAMILIA
Alrededor de una quincena de mujeres, incluidas sus 4 hijas, trabajan con Ali Hasan y le ayudan a crear sus propios diseños o los encargos que recibe de los representantes de las bailarinas de danza del vientre.
“Ellas trabajan en sus casas yo diseño dibujando en un papel y se lo mando a ellas. Cuando terminan el trabajo me lo devuelven y añado los últimos retoques”, menciona satisfecha por el trabajo manual que realiza cada día.
Su marido, Mahmoud Zidan también colabora confeccionando trajes de danza del vientre “después de haber aprendido a coser".
"Trabajamos toda la familia aquí, como en cada profesión uno se siente orgulloso de ello”, afirma Zidan que siempre ha apoyado a su mujer a seguir adelante con el negocio.
La emprendedora del humilde barrio de El-Imam El-Shafei, al lado del la Ciudad de los Muertos, asegura que está ampliando sus ventas en Egipto y ya tiene dos clientes en el extranjero.
Explica que exporta trajes de danza del vientre a Italia y envía pedidos a Holanda a una "muy buena amiga holandesa" que admira sus diseños.
La diseñadora cuenta que entre marzo y julio tiene más demanda, así como en la época de Navidad.
La moda de los materiales decorativos y la tendencia de los colores de los trajes va cambiando de una temporada a otra, sin embargo el color rojo y el negro siempre son los más solicitados y no pasan de moda, señala Ali Hasan.
Ahora toda la familia trabaja para acondicionar el nuevo local que según cuentan a Efe inaugurarán esta semana.
El lugar contará con un taller de costura y una tienda para vender y exponer sus mejores diseños creados con toda clase de decorativos.
El nuevo establecimiento tendrá una parte reservada para una de las hijas de la familia que va a abrir una peluquería y realizará tatuajes de gena, cuenta Ali Hasan.
“Necesitamos una semana más para inaugurarlo, ahora estamos arreglando todo y en una semana todo estará listo” dice orgullosa Ali Hasan.
Esther Alaejos